20.04.17 Quise agarrar el repunte de la marea sin adivinar que exactamente lo
mismo pensaron mis “compañeros” los pescadores comerciales, así que cuando
llegué a “mis” sitios de pesca en las proximidades de las piedras de la
escollera de la API, el Pinto y San Carlos, ellos ya tenían puestos sus
chinchorros esperando que se generalizara la bajada del agua; ante esta
situación, por supuesto que me abstuve de interrumpir sus actividades y me puse
a “pasear” los señuelos por el canal de navegación donde inclusive antes de que
saliera el sol, las barracudas se pusieron muy agresivas (también los jejenes y
moscos que esta mañana sin viento, hubo en abundancia), contra los señuelos
Bomber y cuando ya la luz y la claridad estaba en todo su esplendor, llegaron
los sábalos a sustituirlas en los ataques, por lo que ambas especies me proporcionaron la dosis de terapia
que como todo vicioso, requiero para calmar mi ansiedad por estar junto a mi “querencia”:
el mar.
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