30.06.17 Hoy quise ir a Topo para cerrar la bitácora de Junio y también para probar un carrete Okuma Avenger BFA 50 (tiene un mecanismo consistente en 2 engranes de frenos bastante complicado e inútil, disque para pescar con carnada), pero que resultó muy apropiado y eficiente para trolear los Bomber por mi trayecto de pesca (hoy metí la Piñitas antes de las 6h para “ganarle” el tránsito a los pescadores comerciales; la estratagema resultó ya que todos los demás llegaron hasta las 6:30h, cuando yo había prendido en la penumbra, varios coconacos y pargos sarteneros), ya que tiene 7 baleros y por lo tanto, es muy fuerte pero a la vez suave en el recobre. Después de 3h en el agua y de haber lidiado con pistoleros, chinchorreros y anclaje litoral de los pescadores comerciales, deliberadamente (pienso en el cansancio que me produce la escamada y eviscerada de los animales), solo me quedé con un coconaco de 40 cm que para variar, fue atrapado por el mismo señuelo en el que ayer se prendieron 5 de los 7 coconacos. 

29.06.17 Tuve toda la intención de habilitar el motor Suzuki de 15hp para evaluar su comportamiento en la lanchita de aluminio pero no encontré quién me ayudara a instalarlo (pesa 45kg contra 27kg del 6hp), por lo que decidí mejor darme una vuelta con el Suzuki chico por mi trayecto de pesca, donde encontré una marea bajando lentamente (seguro había buena visibilidad porque visualicé “pistoleros” y otros buzos que recolectaban moluscos bivalvos), con algunas algas filamentosas que “ensuciaban” los señuelos Bomber por lo que decidí buscar peces, en un estrato un poco más profundo. Para lograrlo, puse curricanes de 11.50 cm (4.50”), que bajan hasta los 4.50 m (con monofilamento Calema de 0.40 mm), donde encontré el nicho de coconacos (se me prendieron 7, me traje 5 de 40, 38 y hasta 36 cm; regresé 2 de 32 cm), cuya escamada y eviscerada terminaron de cansarme lo suficiente para sentirme agradecido por toda la bondad que me dispensa el Señor, a estas alturas del partido de mi vida.

27.06.17 Hoy estuve un rato en el náutico para fundamentalmente, desocupar la camioneta ya que en ella traía la caja del nuevo motor Suzuki 15DFA, mod. 2016, “Lean Burn” (Mezcla Pobre), que cambié (obviamente, además de una razonable suma en efectivo), por el motorcito Honda de 5hp (mod. 2005); para que el viaje a Topo no se fuera en balde, puse la embarcación Mi Última en el agua y me enfilé hacia el trayecto de pesca donde últimamente se me han prendido coconacos y pargos. Sin embargo, llegué tarde (6:30h) y en el lugar, había al menos 3 lanchas de pescadores comerciales (estaban utilizando carnada viva y vi cuando uno de ellos atrapó un pargo muy bueno), otros pescadores deportivos estaban casteando (no visualicé que atraparan algún animal) y había un chinchorro tendido paralelo a la costa en el Pinto; era pues un verdadero congestionamiento por lo que me abstuve de provocar conflictos y me concreté a explorar la escollera de la API donde, con la marea arrastrada, era un tremendo “chiquero” (se prendían del hocico, de las aletas; con diferentes señuelos) y esporádicamente, le daban oportunidad a los roncachos.

24.06.17 No empezó precisamente bien esta mini mini jornada (6 a 8:15h), ya que cuando abrí el hangar para enganchar la Piñitas, olvidé asegurar una de las puertas y antes de que pudiera hacer algo, una ráfaga de viento impulsó violentamente la hoja metálica contra el costado de la camioneta y le hizo una marca profunda (hasta eso, muy parejita); luego que puse en el agua la embarcación, me percaté de que no había colocado el tapón en su lugar y para cuando reaccioné, ya el agua salada había mojado el radio marino portátil y algunas cosas que traigo en la caja de pesca (afortunadamente, eran solo copias de la factura del motor y del permiso de pesca vigente); a manera de compensación por los efectos negativos de la edad, el Señor me compensó ampliamente y la pesca (principalmente de 6 a 7h; después llegaron muchos pescadores comerciales y deportivos, algunos de ellos muy “pesados”), estuvo muy productiva ya que además de los cochis, bichis y cabrillas areneras, se prendieron coconacos (me traje uno de 38 cm) y pargos (me traje 2; uno de 43 cm que se vino robado del pecho en uno de los anzuelos Gamakatsu y otro de 55 cm), que hicieron de esta jornada una de las más interesantes de este ya pródigo Junio.

23.06.17 La mini mini (6 a 8 h), jornada de hoy se caracterizó por las ráfagas fuertes de viento, la marea entrante “bramando” (había muchas algas filamentosas que se adherían principalmente a los destorcedores de los empates de acero), la intimidación (bullyng), que me aplicaron los delfines ya que en al menos 2 ocasiones se me acercaron tanto que sin tocar la lanchita de aluminio, su proximidad la levantó notoriamente del agua, la efectividad de los señuelos Bomber (en ellos se prendieron cabrillas prietas, cabrillas areneras, cochis, bichis, toros y también 2 buenos coconacos de más de 40 cm), habilitados con anzuelos Gamakatsu que tienen un extraordinario filo y también, por la alta temperatura del agua que a las 8 de la mañana ya alcanzaba los 30°C. Durante el rato que estuve en el agua y debido a un imperdonable olvido (el “alemán” Alzheimer se hizo presente), se me acabó la gasolina del tanquecito externo del motor Suzuki pero gracias a Dios, al quitarle la tolva de la máquina me percaté que en el tanque integrado, todavía quedaba un poco de combustible que finalmente, fue suficiente para regresar sin problemas al náutico; obviamente y por lo práctico que es tener esta reserva de gasolina, lo primero que hice ya en tierra fue volver a llenarlo para otra ocasión similar a la vivencia de esta mañana.

21.06.17 Una mini jornada (6 a 8:30h), caracterizada por lo ventosa (a las 6 h las ráfagas estaban a 15 km/h; a las 8, alcanzaban los 25 km/h), que hacía prácticamente ingobernable la embarcación Piñitas y si a eso le aunamos la velocidad de la corriente (aproximadamente 1 m/s), con la marea viva entrante, pues tenemos las variables adecuadas para hacer una interesante navegación sobre todo en sitios como la punta del Pinto; sin embargo, hay que reconocer que también la pesca estuvo por demás entretenida pues hubo muchos toros, cochis (con dificultad pero me “paseaba” entre un toril y un chiquero), cabrillas areneras y pargos (me traje uno de muy buen tamaño), por lo que agradezco al Señor primero porque no tuve ningún incidente desagradable dadas las condiciones climáticas adversas, segundo porque la pesca estuvo muy entretenida y tercero, porque el cansancio me permitirá relajarme satisfactoriamente hasta que estos desagradables vientos tengan a bien calmarse.

19.06.17 Ante la infausta posibilidad de que en los próximos días no pueda tener un acercamiento con mi “querencia” (según el pronóstico, durante las mañanas de martes, miércoles, jueves y viernes habrá ráfagas de más de 22 km/h dentro de la bahía de Topolobampo), hoy san lunes y a pesar del manifiesto cansancio producto de la celebración del día del padre, decidí irme a Topo y meter la embarcación Piñitas para relajarme y prepararme mentalmente de que voy a entrar en “modo” de abstención de mi pasión-afición-vicio; inmediatamente que puse los señuelos Storm en el agua, los cochis, bichis, cabrillas areneras (y hasta una cabrilla prieta), se abalanzaron sobre ellos, pero fue hasta que llegué al Pinto (había grandes e impresionantes cardúmenes de toros; no me podía acercar a ellos porque me “arrebataban” las cañitas y ……yo solo quería tomarles fotos) y puse los señuelos Bomber que se prendieron pargos y coconacos, especies de las cuales me traje 4 animales, todos ellos mayores a 34 cm.

18.06.17 No pude aguantar más (tres días son demasiados) y a pesar de todos los “contras” (ser domingo, muchas embarcaciones deportivas en el agua porque hay torneo, una mañana ventosa y marea muerta), “tuve” que cumplirle a esta arraigada afición-pasión-vicio en la cual estoy involucrado y metí a la Mi Última al agua para hacer un corto recorrido dentro de la bahía, con tan buena suerte (es día del padre, según dicen los comerciantes), que frente al náutico y aun con todo el barullo que genera la salida de casi 60 lanchas que están inscritas en la justa, los señuelos Storm hicieron de las suyas y atraparon 2 pargos muy buenos que en la comida familiar de hoy vamos a degustar, las lonjas en forma de chicharrones y las cabezas fritas. Estuve en el agua unas 3 horas y además de los pargos, se prendieron cabrillas areneras, bichis y cochis por lo que terminé muy cansado pero satisfecho de haber estado en íntimo contacto con el mar en esta fecha que en mi muy particular punto de vista, el consumismo mercantilista ha determinado sea importante.

16.06.17 Aunque el mal tiempo (y también el cansancio del cordeleo de especímenes de buen tamaño),  en el norte de Sinaloa ha limitado mi concepto de “navegar para sentirme vivo”, el Señor me ha gratificado espléndidamente porque 2 de mis hijos Alfredo y Alejandro (obviamente, también los otros 2 Abelardo y José Carlos son amantes consuetudinarios del mar), han estado pasando un magnífico tiempo en BCS y me han puesto al tanto de sus principales actividades y “aventuras”, interactuando con los tiburones (me dicen que es posible tocarlos sin que se muestren agresivos) y atrapando atunes de muy buen tamaño; además, como he constatado que a los 9 nietos les fascina la inmensidad, imprevisibilidad, riqueza y misterio del océano, me siento muy tranquilo en esta etapa de mi existencia sabiendo que ellos van a continuar el legado del “abuelo del mar”, aún cuando conocen que entre pescadores prevalece la máxima: “No permitas que la realidad se anteponga a un buen relato de pesca”.

14.06.17 Una excelentísima mini jornada (6:30 a 9:30h; a estas alturas del partido, todo lo que el Señor nos permite realizar es maravilloso), dentro de la bahía de Topolobampo pues hubo muchos, muchos cochis, toros, pargos (me traje 2; uno sartenero que se prendió feamente de un ojo y no lo quise regresar por lo herido que estaba y otro de tamaño “familiar” que midió 55 cm) y coconacos (me traje 3; uno de 36 cm, otro de 38 y el más grande de 42 cm); en esta ocasión, solo los Bomber se metieron al agua (tuve que cambiar de señuelos con el pargo y los coconacos ya que abrieron las anillas South Bend por lo que debo reconsiderar su uso), debido a lo arrastrada que estaba la marea. Esta mini jornada también se caracterizó por lo concurrido que estaban los sitios de pesca ya que había kayakeros, pistoleros y multitud de pescadores comerciales que sin la más mínima decencia (argumentan que tienen que sacar el “chivo” de cualquier forma ya que hay veda de camarón y otras especies),  que se anclaban desde la orilla haciendo imposible el libre tránsito en las cercanías de las piedras. 

12.06.17  Lunes ventoso (hubo ráfagas que me obligaron a acelerar intempestivamente el Suzuki de 6hp para evitar irme contra las piedras), con “tráfico” de pescadores comerciales (se anclaron desde las piedras de la orilla del Pinto con lo que limitaron sensiblemente mi navegación) y durante mi estancia en el agua (6 a 9h), una marea arrastrada que no auguraba nada positivo. Sin embargo, a los pargos (se prendieron 2 mismos que regresé indemnes al agua), les gustaron los Storm y los coconacos (también se prendieron 2; uno lo regresé al agua y me traje otro de 40 cm por cierto, muy peleonero ya que en sendas ocasiones se encuevó y obviamente, me angustió compulsivamente), se interesaron por los Bomber; por otra parte, fueron los cochis los que más me y se “entretuvieron” (indistintamente con los Storm y Bomber), ya que igualmente se prendían del hocico que de la aleta dorsal (creo inclusive que un mismo animal se prendió más de una vez porque traía desgarrada la membrana que une las espinas de la aleta dorsal).

08.06.17 “Tuve” que ir al náutico para acomodar las embarcaciones en los hangares y como hacía mucho tiempo que no metía la lancha Mi Última al agua, pues aproveché la oportunidad de navegar por un corto lapso de tiempo (de 8 a 10h), solo para comprobar que todo estuviera funcionando bien y apropiadamente; en esta ocasión y de nueva cuenta, los pargos sarteneros (los regresé todos a su hábitat, sin mayores daños), estuvieron muy entretenidos con los señuelos Storm a todo lo largo de la escollera de la API. Extrañamente y como suele suceder esperando lo inesperado, hoy no se prendió alguna otra especie del necton, tal vez por lo caliente que estaba la superficie del agua ya que la temperatura rondaba en los 29°C.

06.06.17 Hoy el pretexto para ir al náutico fue verificar si habían terminado de poner el techo del hangar (aparentemente está terminada la obra gruesa pero aún faltan detalles) y estando allá, pues metí la Piñitas al agua; los toros de diversos tamaños y con la subida del agua, estaban muy agresivos y casi no permitían que otra especie “atentara” contra los señuelos Storm; sin embargo, mis “consentidos” se las arreglaron para burlar el toril y “coquetearon” con pargos (todos fueron regresados al agua por exceso de “inventario” en la congeladora) y con un excelente robalo (como todos los de su especie, de primera intención muy “peleonero” pero después del escarceo inicial, se rinde y prácticamente se entrega), que hará las delicias de los asistentes a la próxima comida familiar. Extrañamente y de acuerdo al precepto de que en el mar hay que esperar lo inesperado, en esta mini jornada no hubo cochis, bichis o cabrillas areneras, lo que me hace especular si se deba a que la mañana estuvo nebulosa, aunque solo Dios sabe el verdadero motivo.

05.06.17 El Señor y de nueva cuenta, me permitió la vivencia de un excelente “san lunes” ya que efectivamente, durante la mini jornada de esta mañana, hubo poco “tráfico” de pescadores comerciales; en esta ocasión, los “matones” fueron los señuelos Storm (los Bomber estaban muy proclives para retener principalmente algas filamentosas que se desplazaban en la subida de la marea), ya que se interesaron por ellos una gran variedad de especies del necton entre los que destacaron por su número, los cochis, las cabrillas areneras, los toros (uno de ellos de más de un metro, representó un verdadero reto para mis viejos huesos y músculos, así como para la cañita Daiwa, los anzuelos simples Gamakatsu 56 y el carretito Okuma), los coconacos (esta vez todos fueron devueltos al agua porque ya hay muchos en la congeladora) y pargos sarteneros (me traje 2 de 34 cm para alternar con los coconacos).

03.06.17 Aunque ayer olvidé mencionar otro de los propósitos (apertura de la bitácora de Junio), hoy refrendo que estadísticamente, este es uno de los mejores meses del año y para no hacerme quedar mal con mi aseveración y desde muy temprano (todavía en la penumbra, saqué un pargo de 39 cm frente al náutico), los peces se olvidaron de que la tabla solunar señalaba un período de nula actividad del necton; asimismo, los coconacos también se interesaron por los señuelos Storm (me traje uno de 36 cm e inclusive, uno de ellos se prendió de la panza; como venía atravesado, fue demasiado para el carretito Daiwa Sweepfire y se le barrió el engrane principal). Obviamente, también hubo cochis y en esta ocasión, “tuve” que regresar otra cabrilla negra afortunadamente sin mayores daños gracias a los anzuelos simples Gamakatusu 56, que se han constituido en mis favoritos.

02.06.17 Una mini jornada de 3 h (6 a 9), con múltiples propósitos ya que “debía” probar el motorcito Honda después de haberle arreglado el maneral (funcionó muy bien); poner gasolina en la Pa’ntonces; verificar el avance de la construcción de la techumbre de un hangar con láminas de fieltro como aislante térmico; evaluar el funcionamiento de otra opción de anzuelos simples (Gamakatsu single 56; tuvieron un excelente comportamiento y además, son más baratos que los Owner y VMC) y por último, constatar el “tráfico” de los pescadores comerciales después del día de la Marina (efectivamente, la mayoría amaneció “indispuesto” porque casi no había lanchas circulado). En la pesca, otra vez los cochis estuvieron frenéticos y también hubo coconacos (me traje 2 de 38 cm; además se prendió una cabrilla prieta que obviamente y por ser una especie que ya casi no se captura con frecuencia, con cuidado le retiré el anzuelo y la dejé ir sin daños mayores.