31.12.23 Inolvidable manera de terminar el mes y el año, con una jornada realizada en el Farallón por los 3 Abe’s y nuestro inseparable Señor y aunque temprano los peces no estuvieron proclives a picar, luego les llegó la hora y comenzó la fiesta. Primero se prendieron barriletes, luego hubo dorados de buen tamaño, marlines juveniles que picaban y luego se soltaban y finalmente, se prendió un muy buen atún del orden de los 20kg que cordeló el Abe nieto (solo tiene 10 años), por más de 15min, hasta quedar exhausto y generando un genuino orgullo en su padre y abuelo.

29.12.23 Una fría y nebulosa “mañanera” (6:45 a 8h), en la que de nueva cuenta y gracias al Señor, me encontré con mis amigas corvinas (sólo me traje 3 para regalar a mis vecinos) y en la que también hubo muchos bichis; la temperatura ambiental estaba a 11°C y la superficie del agua a 19°C por lo que sabiendo que el frío nos hace mas torpes a todos pero especialmente a los viejitos como yo, no quise arriesgarme a sufrir otro doloroso piquete de anzuelo y opté por retirarme a sabiendas que lo mejor de la pesca llegaría en la pleamar superior.

28.12.23 Después del accidente menor (gracias al Señor), del martes próximo pasado, hoy día de los santos inocentes realicé una corta “mañanera” (6:45 a 8h), para probar la resilencia de mi dedo índice dañado; los resultados fueron más que sorprendentes ya que habiéndome encontrado otra vez a las corvinas (me traje 5 para mis vecinos; también picaron coconacos que regresé indemnes al agua), fue notoria la mejoría de mi pequeña pero dolorosa herida.

26.12.23 Después de las fiestas navideñas, fui a Topo y en una brevísima “mañanera” (6:45 a 7:15h) y frente al náutico, tuve un solo pique de una señora corvina (55cm), para beneplácito de mis vecinos en el ejido; grabada la escena y cuando le quitaba el anzuelo, hizo un movimiento brusco y enérgico que direccionó uno de los ganchos simples al dedo índice de mi mano derecha donde quedó clavado, afortunadamente y gracias al Señor, en tejido muscular. En cuanto me repuse de la impresión inicial, pedí el remoque y sin pensarlo mucho, en cuanto me bajé de la embarcación me dirigí a las Zona Naval donde inmediatamente me atendieron de inmejorable manera, con calidez y profesionalidad. Por ello y si antes estaba orgulloso del Instituto Armado de México (Ejército, Marina y Fuerza Aérea), con las atenciones recibidas en este nimio pero doloroso incidente (después de limpiar la herida, me inyectaron Xilocaina para en seguida y con unos alicates, seccionaron el alambre para posteriormente y con unas pinzas, sacaron el anzuelo hacia adelante para no desgarrar mas tejido con el pedernal), mi gratitud, respeto y respaldo se ha incrementado exponencialmente.

22.12.23 Ahora en compañía de mi hijo Alejandro, el Señor se prodigó en proporcionarnos una excelente jornada en la que visualizamos ballenas con su extraordinario surtidor, mantas y además, hubo muchos piques de dorados, bonitas, barriletes y al menos 5 picudos que le llegaron a los señuelos que pusimos en el agua. Así mismo y cumpliéndose el pronóstico, hubo mucho viento, olas altas con crestas muy frecuentes por lo que la navegación y el cordeleo de los animales hizo que esta jornada fuera realmente extenuante sobre todo para mi vetusto organismo.

20.12.23 Tal como se auguraba, el Señor nos deleitó este día con una inolvidable jornada (fuimos los 3 Abe’s), pues hubo un magnífico espectáculo de ballenas brincando con todo su enorme cuerpo fuera del agua así como mantas cubanas haciendo las mismas piruetas; también nos tocó visualizar un pez luna (mola mola), muy cadencioso que se desplazaba con mucha soltura en la superficie del agua. Mención aparte merece la increíble cantidad de piques que tuvimos ya que sacamos 4 dorados machos, 11 bonitas y prendimos hasta 4 marlines que después de un genuino y por demás excitante cordeleo por parte del Abe nieto (y para nuestra satisfacción pues nos ahorraron el esfuerzo de liberarlos), se soltaron.

18.12.23 Una muy entretenida mini jornada “mañanera” (6:30 a 8:30h), de “san lunes” en la que a pesar de una marea inmóvil, lo nublado, la superficie del agua a 21°C y las ráfagas de viento del orden de los 25km/h (el Señor seguramente intervino para que me fuera muy bien), los pargos (hubo juveniles, sarteneros y uno de 37cm), los cochis (había tantos que eran piques frecuentes), las cabrillas y los bichis se interesaron mucho por los señuelos que puse en el agua. Obviamente terminé más que adolorido pero listo para una potencial salida al cerro en los próximos días.

13.12.23 Esta mañana fuimos el Señor y yo en una por demás corta jornada (7 a 10h), alrededor del Farallón; de hecho, 6km antes de llegar al cerro encontré un cardumen de bonitas (se prendían hasta 3 al mismo tiempo), por lo que cuando cordelé y subí la décima, opté por regresarme al náutico. Eso estaba haciendo cuando en uno de los señuelos se prendió un espléndido dorado macho (12kg), que me hizo sacar todas mis menguadas energías (ayer también el pargo me llevó a niveles extremos), ya que lo cordele por más de 40min e inclusive, creo que finalmente se acercó a la Pa’ntonces porque en las proximidades andaba un enorme lobo al que tal vez le tenía más miedo.

12.12.23 Después de unos días ventosos que no permitían salir ni siquiera a la bahía, este cabalístico martes se presentó la oportunidad de realizar una “mañanera” (6:30 a 8h; mientras subía la marea), la que gracias al Señor, tuvo excelentes resultados ya que logré traerme un buen pargo de 55cm, después de una ardua pelea en la que hubo acercamientos a las piedras (se dio sus buenos rozones con ellas; el monofilamente próximo a líder de acero, también presenta evidentes huellas de la batalla) y enérgicos alejamientos de la embarcación Piñitas.

08.12.23 Una atípica jornada en el cerro, en compañía de mi hijo Abe ya que además de las bonitas que se prendieron, vimos caguamas, mantas, tiburones y muchos, muchos dorados cuyas cabezas emergían del agua y cuando creíamos que iban a picar, tan solo se hacían a un lado sin la menor intención de embestir a los señuelos. Ante esta situación optamos por cambiar curricanes pero nada los hizo cambiar de actitud y no tuvimos mas que aceptar que el Señor es quien dispone todo y solo fue un día diferente (de ahí lo adictivo), como suele suceder en todas las excursiones al Farallón.

05.12.23 Ayer se me brincó la “cadena del tiempo” y pensé que era día 3 así que hoy recapacité y ya estoy en la sintonía correcta. Fui a terminar el trabajo en los DF140A (revisé los termostatos y las bujías) y aproveche para realizar una corta mini jornada (6:30 a 8h), encontrando gracias a la infinita benevolencia del Señor, de nueva cuenta a los peces (hubo pargos, cochis, bichis, cabrillas y como novedad, un pez piedra, especie que hacía mucho no veía en mis correrías), que me proporcionan el agradable cansancio y haciendo que se me quitara el frío (el ambiente a 12°C), no apto para personas de la “n” edad.

03.12.23 Agradable “mañanera” (6:30 a 8h), de “san lunes” algo ventosa, fría (la superficie del agua estuvo a 21°C) y con una marea inamovible pero aún así y gracias al Señor, pude rápidamente entrar en calor gracias a los bichis, cochis, cabrillas, roncachos y pargos (todo fue regresado indemne a su hábitat), que se prendieron en los señuelos Bomber que puse en el agua. También estuve trabajando en algunas tareas de mantenimiento de los motores DF140A (cambio de aceite, filtros de gasolina, ánodos, etc), y creo que eso aceleró aún mas mi cansancio en esta mini jornada.

01.12.23 Gracias al Señor, la apertura de la bitácora del mes fue por demás espectacular porque en la mini jornada (7 a 8:30h), “mañanera” de hoy se prendió un buen pargo (51cm), que puso a prueba tanto el equipo como mi experiencia ya que durante el cordeleo, insistentemente se dirigía hacia las piedras y en otras ocasiones, iniciaba enérgicas corridas tratando de alejarse de la embarcación Piñitas. Además del evento principal, también hubo piques de pargos sarteneros, cochis, roncachos y cabrillas lo que constituyó un magnífico augurio para este último mes del año.