31.07.21 Para cerrar la bitácora del mes, hoy me fui a Topo y con la ayuda del tractorista, puse a la embarcación Mi Última en el agua (7 a 9h) y para mi buena suerte (aproveché el cachito que me tocó por madrugar), me encontré y para beneplácito de mis vecinos en el ejido, un cardumen de corvinas de buen tamaño (me traje 3) y pargos (me traje uno de 49cm), además de los infalibles cochis y bichis. La superficie del agua estaba a 32°C, aunque ello no les importaba a los delfines que me brindaron un soberbio espectáculo (Dios, como voy a extrañar esto cuando me muera), con sus brincos y cabriolas en el aire.

28.07.21 Fui a Topo a verificar un detalle en la puerta del hangar y aproveché para salir de pesca un rato (6 a 8h), frente al náutico; el agua estaba muy turbia ya que además de los escurrimientos de las lluvias recientes, están dragando una parte de la bahía frente al nuevo muelle de la API. La temperatura de la superficie del agua estaba en los 32°C, estuvo nublado, lloviznando y con la marea de bajada por lo que no esperaba encontrar buena pesca; sin embargo, el Señor y su infinita benevolencia hizo que llegara el satisfactorio cansancio con el cordeleo de bichis, cochis y roncachos, además de que los delfines, a su paso por debajo de la Piñitas, levitaban la liviana embarcación (pesa solo 60Kg) y con ello, ponían mi adrenalina hasta el tope.

24.07.21 Fui al náutico y puse en el agua (7 a 9h), a la embarcación Mi Última; de primera intención me fui al cerro de San Carlos pero ahí encontré un agua turbia, con algas y muy caliente (31°C en la superficie), además de que el enérgico inicio de la subida de la marea, aunado a que estaba haciendo mucho viento, dificultaba cualesquier maniobra. Por lo tanto, decidí regresarme al náutico y frente a sus instalaciones, encontré (gracias a la benevolencia del Señor), el tan anhelado y satisfactorio  cansancio (había bichis, cochis, cabrillas y hasta coconacos), que tanto busco con estas mini jornadas en el mar.

20.07.21 “Gracias” a los que no creen en la gravedad de la pandemia (suben los contagios a cifras alarmantes), esta restringida la navegación de todas las embarcaciones deportivas; en vista de ello no me quedó otra mas que iniciar las prácticas correspondientes para la “pesca de altura”, es decir para cuando por lo viejo, ya no pueda navegar pero si pueda tirar el anzuelo desde tierra. Hoy me fui al náutico y durante la subida del agua (8:30 a 10:30h), puse en al agua carnada de calamar en 2 cañas Shimano de 3m (hundí varillas en el terraplén y les adosé con cinta plástica, tubos de PVC de 3.5cm), con capacidad para manejar línea de 12kg (aprox. 21# para los anglofílicos). Rápidamente me cansé (ese era el objetivo), ya que los roncachos y los cochis hicieron (con la benevolencia del Señor), la tarea encomendada aunque definitivamente, es mucho mejor navegar a puntos distintos.

16.07.21 Con la euforia generada por los buenos resultados médicos (gracias a la misericordia del Señor), de mi esposa (el doctor dice que todo es cuestión de tiempo para que todo vuelva a la normalidad), hoy fui al náutico (6:30 a 8:30h) y puse a la embarcación Mi Última en el agua; casi de inmediato y frente a las instalaciones de los marinos me encontré con un cardumen de pargos, luego siguieron los bichis, cochis, cabrillas y finalmente, encontré lo que tanto me gusta: coconacos (me traje uno de 43cm), para finalizar la mañanera con el agradable cansancio que tanto me satisface.

09.07.21 Una brevísima jornada (6 a 7h), frente al náutico ya que cuando puse a la Piñitas en el agua me empezó a doler intensamente una muela (ojalá no tenga que sacármela porque al paso que voy, tendré que comer con popote); sin embargo, el Señor me proporcionó el accionar suficiente con los peces (hubo muchos roncachos, bichis y cabrillas), como para sentirme en tan corto lapso de tiempo, cansado físicamente pero con el espíritu motivado para afrontar los escollos que la vida me plantea (como la temporal pérdida de salud de mi compañera), en esta excelente época dorada.

06.07.21 Fui al náutico y cambié las bujías del motor DF90A; luego metí la Piñitas al agua y de 6 a 7h (esperando que llegara el tractorista), realicé un tour frente a las instalaciones de los marinos y la escollera de la API. Con la benevolencia del Señor y atendiendo al considerando de que los cachitos de suerte se reparten muy temprano, me encontré con un cardumen de pargos, algunos cochis y bichis que me dejaron lo suficientemente cansado como para agradecer los años dorados que estoy viviendo, sin dejar de preocuparme por el mal físico que actualmente aqueja a mi compañera de vida.

02.07.21 Ayer llevé a limpiar los inyectores del Suzuki DF90A y hoy fui a Topo para colocarlos en su lugar; aproveché la ida para meterme un rato (6 a 8h), frente al náutico y el Señor me confirmó que es extremadamente saludable ir al mar cada vez que se pueda. El caso es que este día, los peces estaban en modo de ataque ya que aún cuando todavía no se generalizaba la claridad, los pargos se interesaron mucho por los señuelos que puse en el agua; después hubo cochis, cabrillas y coconacos, hasta que se consumieron las pocas fuerzas que aún me quedaban y opté por retirarme del “campo de batalla”.

01.07.21 Para iniciar la bitácora del mes y hacer algunos arreglos en el motor Suzuki DF90A, hoy (después de que el mal tiempo Enrique nos trajo viento y algunas lloviznas), fui al náutico y puse a la Piñitas en el agua (de las 6 a las 8h), que por cierto, estaba muy sucia por toda la basura que los escurrimientos superficiales llevaron al cuerpo de agua receptor; aún así, el Señor me permitió traer a mis vecinos en el ejido, muchos cochis (algunos de ellos muy grandes y peleoneros de tal manera que tuve que usar la red para subirlos a la lancha) y cabrillas pimienta que con su accionar, me proporcionaron el aliento de vida tan necesario en esta etapa de la tercera (¿o será cuarta?), edad.