30.10.18 Para despedir el mes y viendo que el pronóstico marcaba buenas condiciones alrededor del Farallón, hoy fui con el Dr. Pedro Gallardo al cerro y para nuestro desasosiego, nos encontramos con la presencia de 2 embarcaciones atuneras que prácticamente tenían “pelado” el mar en las proximidades de la piedra ya que sólo pudimos lograr barriletes y también un agujón bastante grande que nos proporcionó con su pelea, un interesante y aderenalóico momento al hacer sonar estridentemente la chicharra de un carrete Penn 6/0. La masa de agua estaba de color verde sucio y aunque salimos un rato hacia el oeste, no tuvimos suerte de capturar otra especie de pez pero si de disfrutar (gracias a la benevolencia del Señor), un hermoso, calmado y luminoso día de este antepenúltimo mes del año.

29.10.18 Para beneplácito de mis vecinos en el ejido (esta pesca es para ellos; ya le agarraron el “sabor” principalmente a las barracudas), la mini jornada mañanera de este “san lunes” y aparte de los bichis y cochis, hubo roncachos y “dientonas” que se prendían tanto en los señuelos Storm como en los Bomber; había tantos animales que inclusive me rompieron el monofilamento (después de luirlo insistentemente), en la unión con el empate de acero. Con las nuevas temperaturas reinantes en la masa de agua de la bahía, se observa una gran productividad de todo tipo de especies y aunque había pocas embarcaciones comerciales, una de ellas que estaba próxima al sitio donde yo andaba y que tendió un chinchorro del orden de los 300 metros, atrapó (según estimaciones de los propios pescadores) y en este solo lance, cerca de la media tonelada de producto.

26.10.18 Hoy me acompañaron en la mini jornada matutina (llegaron al náutico antes de las 7AM), mis nietos Isabella y Abelardo (también se subió a la embarcación Mi Última, su mamá Denisse ya que me siento incapaz de controlarlos cuando están juntos) y para variar, los peces (y por supuesto, la benevolencia del Señor), no “defraudaron” a la concurrencia ya que hubo muchos bichis, cochis, barracudas y pargos. Isabella “atrapó” una de sus trenzas con un señuelo Bomber de 16cm, mismo que estaba habilitado en un carrete Penn 4/0 embobinado con cuerda Mustad para17kg (37# para los anglofílicos) y que después nos proporcionó un “adrenalóico” momento (mi nuera tomó video del espectacular comportamiento de la caña y del sonido alucinante del carrete), al ser “arrebatado” por un pez que nunca pudimos detener y que finalmente, al encuevarse rompió el monofilamento.

25.10.18 La motivación de realizar esta mini jornada fue la intención ( y en eso quedó), de manejar el Suzuki con la mano derecha (quise “sorprender” a mi cerebro con otra acción no consuetudinaria), pero definitivamente, la disposición del maneral y la distribución de los porta cañas, impidió que lograra mi objetivo; sin embargo, quedó algo bueno de esta acción ya que saliendo del náutico, una de las cañas y al unísono con el carrete con que está habilitada, iniciaron el “arrebato” que gracias a la benevolencia del Señor, tanto me entusiasma y disfruto. Después de unos minutos de pelea, pude acercar a la Piñitas una “señora” corvina, solo para experimentar la desilusión de verla partir, una vez que dio un brinco hacia adelante y con ello, soltar el señuelo que la había atrapado; después de este trepidante evento, se prendieron algunos pargo sarteneros, todos menores a 32cm por lo que fueron devueltos indemnes a su elemento.

24.10.18 En la mini jornada de este día, los roncachos (había animales de esta especie como nunca, de todos tamaños y tantos que inclusive, algunos salieron “robados” en los anzuelos simples), fueron los responsables (por fortuna no hubo bichis), de mi “ejercicio” matutino que derivó en un placentero cansancio; el hecho de que otra vez hubiera muchos contaminantes antropogénicos (hidrocarburos, plásticos, botes y un largo etcétera), en la masa de agua de la bahía, fue “culpa” de la tormenta Willa ya que muchos barcos camaroneros (estuvieron saliendo durante la mañana y obviamente, la embarcación Piñitas y su tripulante, sufrieron las consecuencias del “tráfico”; la lanchita se bamboleaba en forma peligrosa con cada embarcación que salía, aunque al final todo riesgo pudo ser manejado en forma satisfactoria), se refugiaron dentro del puerto.

22.10.18 Un magnífico y cansado (creo que en esta mini jornada se me prendieron más de 30 peces entre bichis, cochis, cabrillas areneras, barracudas y pargos), “san lunes” (efectivamente, hubo pocos pescadores comerciales y solo uno estaba sacando pargos con camarón como cebo), que me dejó para el “arrastre” por el intenso ejercicio realizado ya que el Señor procuró poner a modo y proclives, una buena cantidad de peces, aunque solo me traje las barracudas (un manjar para mis vecinos en el ejido) y un pargo de 39 cm (liberé indemnes al menos otros 5 de menor tamaño), que nos vamos a comer mi esposa y yo.

20.10.18 Como las barracudas de ayer fueron todo un éxito culinario, hoy me fui temprano al sitio (frente al náutico), donde se suponía que me las iba a encontrar pero para mi decepción (y también la de los potenciales receptores de este tipo de capturas), no hubo ninguna y por el contrario, los roncachos (que también son muy apreciados por mis vecinos en el ejido), se mostraron muy proclives al ataque de los señuelos Storm; había tantos que aún sin que se generalizara la claridad del día, esta especie se hizo presente de inmediato. En esta mini jornada, el Señor (que siempre tiene eventos marinos seguramente etiquetados para mantenerme “cautivo” de mi pasión-afición-vicio), me permitió presenciar un inusual accionar de un águila pescadora (siempre me han cautivado estos predadores por su peculiar estilo de vuelo y por las espectaculares maniobras que ejecutan para capturar a sus presas), que atrapó limpiamente un bichi por la cabeza y de forma por demás tranquila, se puso a devorarlo, primero los ojos, las branquias y luego seguir con la cabeza, sin tentar siquiera las espinas donde estos animales guardan el tan temido ácido fosfórico que al igual que las abejas, produce tanto malestar a los humanos.

19.10.18 Una mini jornada que es soporte de varios comentarios ya que dentro de la bahía y con la marea entrando, la temperatura del agua se “cayó” otro medio grado para situarse en los 26°C y además, la masa de líquido se mantiene razonablemente limpia; con respecto a la pesca, esta mañana hubo pargos sarteneros (el más grande de 32cm), muchos bichis (otra vez puse señuelos Bomber de 16cm; con todo y paleta miden más de 20cm), que se prendían en ambos anzuelos simples, barracudas (me las traje para beneplácito de los tractoristas del náutico), cabrillas areneras (la de la foto está inclusive más pequeña que el señuelo lo que denota su manifiesta voracidad) y por supuesto, cochis. Aparentemente, en el aspecto económico no está funcionando la temporada camaronera ya que me encontré varios pescadores comerciales que como cebo, estaban utilizando camarón vivo; cuando les hice un comentario al respecto de esta situación y ante la “pobre” captura de pargos, coconacos o robalos, me espetaron: “…….y para que se lo coma un cochi o un bichi”.

17.10.18 Para mi beneplácito y agradeciendo la benevolencia del Señor, siguen las buenas capturas en este otoñal mes pues hoy, además de los imprescindibles bichis (se prendían en todo tipo de señuelos; hoy usé un Bomber de 16cm y el tamaño no frenó el ímpetu de estos “malqueridos” peces), cochis y cabrillas areneras, se prendieron pargos (me traje el de 44cm que por cierto, estaba bastante obeso por la gran cantidad de grasa que había acumulado en su abdomen) y también coconacos; el agua baja su temperatura cada día (hoy estuvo en 26.5°C) y la coloración obscura (producto de los ligninos y taninos que llegaron con los escurrimientos pluviales), se mantiene.

15.10.18 Un excelente “san lunes” (a estas alturas de la vida, todos los días que el Señor tiene a bien permitir mi presencia son excelentes), con gran variedad de especies (cochis, bichis, cabrillas areneras, pargos, roncachos, corvinas; solo estas últimas me traje para soslayo de mis vecinos en el ejido), que se interesaron por los señuelos Storm y Bomber; el agua dentro de la bahía estaba en los 28°C y para mi beneplácito, mas o menos limpia. Por el bajo precio del camarón, algunos pescadores comerciales están usándolo como carnada y al menos durante la mañana de este día, estaban capturando (y generándome puntual envidia), buenos robalos y pargos, a pesar de que hay marea “muerta”. 

13.10.18 Una mañana con lluvia (otra vez tuve que hacer frecuentes paradas “técnicas” para sacar el agua de la Piñitas, ahora habilitada con el motor Suzuki de 6hp), mucha basura antropogénica (hidrocarburos, plásticos, botes, guantes, residuos de comida; todo lo que pueden arrojar más de 40 barcos pesqueros que con sus respectivas tripulaciones, se refugiaron dentro del recinto portuario ante la amenaza de la tormenta Sergio) y muchos, muchos bichis (se me prendieron más de 20 animales y sacarlos del agua representó para mi un gran esfuerzo físico). Entreverados, algunos cochis, cabrillas areneras y también pargos sarteneros (el más grande midió 32cm; todos los regresé indemnes al agua), se interesaron por los señuelos Bomber de 13cm que utilicé en esta ocasión para “desmotivar” a los bichis; la nota positiva es que durante este mini jornada matutina, la temperatura del agua se mantuvo en los 28°C lo que genera buenas expectativas para futuras jornadas de navegación. 

10.10.18 Para celebrar mi cumpleaños (69, número “sexalístico” en la tradición anglosajona) y como según el internet hoy por la mañana había buenas condiciones (previo a la llegada de los vientos de la tormenta “Sergio”), en los alrededores del Farallón, nos fuimos con el Dr. Gallardo al cerro; encontramos que había muchos, muchos barriletes (se prendían con señuelos blandos y duros, del tamaño que fueran), pero como la intención era buscar un dorado, nos alejamos de la piedra un buen tramo con tan buena suerte que de pronto, comenzó a sonar la chicharra de una de las cañas y para nuestro asombro, vimos saltar un enorme marlín azul prendido del mismo señuelo que el día último de agosto, mi hijo Alejandro atrapó otro animal igual. Inmediatamente y sin bajar la velocidad de la lancha (el marlín tomó casi toda la línea del carrete), sacamos los otros señuelos, Pedro habilitó su arnés de pelea y entre los 2, apenas pudimos sacar la caña del tintero; mientras tanto, el marlín saltó (para nuestro regocijo dada su magnificencia y esplendor), al menos en otras 4 ocasiones. Se inició la “pelea” y después de unos 5 minutos, tiempo durante el cual estuvimos elucubrando acerca de la posible muerte, (dadas las experiencias previas, sabemos que esta especie es proclive a morirse en la pelea), del uso del gancho volador y de mil escenarios más, el animal viró bruscamente, dio 2 tirones excepcionales, rompió la cuerda y consecuentemente, “salvó” a este par de viejos de un esfuerzo que tal vez ya no somos capaces de realizar.

05.10.18 Hoy fue día de “estreno” ya que la Piñitas entró formalmente (con Matrícula y Certificado de Seguridad; mi reconocimiento al personal de Marina que hizo en campo la verificación física de la embarcación), a la “flota” deportiva registrada en la Capitanía del Puerto de Topolobampo; para celebrar el acontecimiento, la puse en el agua y di una somera vuelta por “mis sitios” de pesca. Había muchos, muchos bichis al grado que quité los señuelos Storm y puse Bomber de 13cm pero lo único que logré con ello, fue que se prendieran bichis de mayor tamaño; sin embargo, de vez en cuando también se prendían pargos sarteneros (me los traje para regalarlos a mis vecinos en el ejido), por lo que la mini jornada fue aceptable, placentera y motivacional para mi “vetusto” espíritu.

03.10.18 Aunque no es mi primer mini jornada de Octubre (el lunes 01 cometí el craso error de poner a la Piñitas en el agua y casi inmediatamente me tuve que salir ya que la intensa lluvia de esa mañana, la llenó rápidamente de agua y apenas tuve tiempo de desaguarla con el achicador que demostró su utilidad para sobrellevar ese tipo de situaciones), hoy el Señor se portó magnánimo con su “vetusto” hijo y me permitió escuchar en varias ocasiones (hubo coconacos, corvinas, pargos, cochis y por supuesto, muchos bichis), el estridente sonido de los carretitos Okuma montados en las cañitas Daiwa, cuando el señuelo Storm es vigorosa y vertiginosamente “arrebatado” por un excelente predador de los mares.