30.04.23 Para cerrar la bitácora del presente mes, para festejar a los niños de la “tercera edad” y contra mi costumbre, hoy realicé una corta jornada dominical (5:30 a 7h), mientras terminaba de subir el agua en Topolobampo; para ello, puse a la embarcación Piñitas en el agua y gracias al Señor que me guió hacia donde estaban los peces (hubo robalos, cochis, cabrillas y hasta sábalos), logré muy pronto el anhelado y agradable cansancio que me permite transitar tranquilamente hasta una próxima salida. Hoy comprobé el negativo comportamiento de la línea de fluorocarbono ya que uno de los robalos (precisamente y como todo buen pescador, el más grande), me rompió la cuerda con una de las “navajas” que tienen en las proximidades del hocico.

28.04.23 Los 3 Abe’s y el Señor fuimos a los alrededores de Farallón y aunque había muchos peces (bonitas, dorados y barriletes), todos estaban muy chicos por lo que fueron regresados al mar solo con daños menores; obviamente, terminamos extenuados (más el Abe nieto que casi cordeló todos los peces), pero con una gran satisfacción de haber culminado satisfactoriamente otra jornada en el mar. Avistamos una gran cantidad de gavilanes dando brincos sobre la superficie del agua y también un marlín que nos deleitó con más de 12 saltos en las proximidades de la embarcación Pa’ntonces; el aspecto negativo lo vivimos con la presencia de grandes franjas de marea roja (hacía mucho tiempo que no aparecía por nuestras costas) y solo queda esperar que se disipe pronto y que no sean organismos tóxicos.

23.04.23 Tal como estaba programado, hoy salí al cerro en compañía del Abe hijo (el Señor también fue nuestro excelentísimo compañero) y para no variar en lo sorprendente que resultan las salidas al mar, nos encontramos caguamas, muchos barriletes (los había de todos tamaños, inclusive algunos más pequeños que nuestros señuelos pero lo suficientemente “peleoneros” para agotar mis menguadas fuerzas) y hasta se nos prendió un peje pájaro; además, perdimos uno de los curricanes más productivos cuando una bonita se enredó en la propela del motor marino pues estaba difícil direccionar la embarcación con las olas y el viento imperante.

22.04.23 Existe la posibilidad de que mañana se pueda realizar una jornada de navegación y pesca por los alrededores del Farallón por lo que hoy me fui al náutico para tener lista a la Piñahata y para no perder la “mañanera”, puse a la Piñitas en el agua (de 5:45 a 7:15h, precisamente en el cambio de mareas), con tan buena suerte que en cuanto coloqué los señuelos en el agua y gracias a la infinita misericordia del Señor, los peces (me traje un pargo muy bueno de 48cm), los embistieron con singular entusiasmo. En Topolobampo, es notorio el cambio de estación climática ya que para mi soslayo visual, me encontré a una familia de mapaches que merodeaban en la zona intermareal, comiendo moluscos y pececillos que quedaron atrapados en pequeños charcos entre las piedras.

19.04.23 En compañía del Señor, hoy realicé una jornada (6:30 a 10:30h), al cerro y como siempre sucede, en este día también pasaron eventos extraordinarios; en primer lugar, delante de la boya de recale estuve observando a un cachalote que nadaba pausadamente en la superficie del agua, sin que le importara la presencia de la Pa’ntonces; luego empezó la “fiesta” bonita (se prendían hasta 2 al mismo tiempo; en total saqué 10 de ellas que me dejaron para el “arrastre”) y fue cuando al pasar una caña a otro tintero, también embistieron al señuelo que estaba en ella y pues me la quitaron de la mano (traía un carrete Penn 4/0 que lo conservaba desde hace más de 30 años) y nada pude hacer; finalmente, de regreso me encontré con varias caguamas, inequívoco indicio de que ha cambiado la temperatura del agua.

17.04.23 Mismo escenario que antier pero a diferente hora ya que en este día, la pleamar se dio a las 8:20h así que metí la embarcación Piñitas hasta las 7h para salirme a las 8:45h; hoy también hubo cabrillas, peces lagartija, cochis, bichis y por supuesto gracias al Señor, coconacos que me subieron la adrenalina (y el “agradable cansancio”), al mas alto nivel posible en personas de la tercera edad. Aproveché la ida al náutico para ponerle un poco de gasolina a la Pa’ntonces ya que han mejorado mucho los días en cuanto a disminución de la intensidad del viento y un marcado aumento de la temperatura del agua y esto hace posible la presencia de dorados en los alrededores del Farallón.

15.04.23 Hoy no hubo “mañanera” pero si una mini jornada sabatina (5:45 a 7:45h), realizada en el repunte de la pleamar matutina; de nueva cuenta, el Señor me condujo hacia donde estaban picando los peces y pronto se inició la fiesta con las cabrillas areneras, los bichis, los cochis y coconacos, uno de ellos de muy buen tamaño, peleonero y mañoso ya que se pegaba a las piedras y como indican los cánones, tuve que aflojar la cuerda para que pensara que ya no lo estaban jalando; solo así lo puede lograr. Por supuesto terminé “agradablemente” cansado y más me agoté cuando en el náutico no había tractorista y tuve que hace maniobras extenuantes para sacar yo solo a la Piñitas del agua.

12.04.23 Después de que el mecánico arregló el desperfecto del motor Honda de la Piñahata que estaba fallando, hoy y como el pronóstico meteorológico era muy halagüeño, me puse mis tobilleras, rodilleras, muñequeras y faja, para ir con mi hijo Abe al cerro y verificar su funcionamiento; gracias al Señor todos los parámetros estuvieron dentro de la normalidad y aprovechando el viaje, pusimos señuelos duros en el agua pero por más que buscamos algún pique, este no se dio y por el contrario, nos pegamos tanto a las piedras que perdimos uno de los curricanes que en reiteradas ocasiones, había sido muy productivo.

10.04.23 Una muy interesante y movida “mañanera” de “san lunes”, ahora realizada más temprano (5:30 a 7:30h), debido a que gracias al Señor, amanece más temprano y eso generalmente nos gusta a las personas de la tercera edad; inmediatamente que puse a la Piñitas en el agua, hubo embistes de diferentes especies del necton de la bahía (bichis, un merito juvenil, peces lagartija y pargos), de tal suerte que pronto logré el agradable “cansancio” que busco en mis jornadas marítimas. Hoy pasó también uno de esos singulares casos que etiquetan a la pesca como única a pesar de su frecuencia pues resulta que precisamente el pargo “panzón” que estoy mostrando, regurgitó un pequeño chigüil (bagre, pez gato), que me cayó dentro de mi bota y alcanzó a picarme y lastimarme someramente.

03.04.23 Con la finalidad de probar los motores de la Piñahata (hacía casi 2 años que no salíamos en ella), me fui con mi hijo Abe al Farallón, además de considerar que era una buena oportunidad para abrir la bitácora del mes; el agua estaba muy fría (17°C), el mar muy calmo (ahora si le atinó el pronóstico), pero los peces estaban seguramente ateridos por las bajas temperaturas y no quisieron embestir los señuelos que pusimos en el agua. De nueva cuenta, el Señor veló por nuestra seguridad ya que tanto de ida como de regreso, los motores se portaron muy bien y solo cuando los lavábamos en el náutico comenzaron a tener fallas leves que de haberlas manifestado alejados de la costa, tal vez nos hubieran generado inquietud.