sábado, 20 de abril de 2024

20.04.24 Hoy y a pesar del cansancio que me generó la jornada previa, me gustó el pronóstico para dar una corta vuelta (6 a 10h), por el Farallón a donde fui acompañado de mi hijo Abe y por supuesto, el Señor que nos tienen entre sus consentidos. Este viaje no estuvo lo tranquilo que esperaba ya que había molestas olas tanto del sur como del oeste; el agua estaba “sucia”, fría, con algas que se adherían a los señuelos. Aún así, tuvimos un buen pique (dorado macho de 8kg) y cuando lo subimos a la embarcación Pa’ntonces, nos direccionamos al náutico ya que los peces estaban aletargados, seguramente porque estuvieron “comiendo” durante toda la noche, con la luna llena que brilló en todo su esplendor.




viernes, 19 de abril de 2024

19.04.24 Tengo que repetir la frase “….como en los viejos tiempos” ahora en una mini jornada (5:45 a 7h), dentro de la bahía y en la embarcación Piñitas, la cual no usaba (cuidando no agravar las fisuras en el menisco de mi pierna derecha), desde hace 3 meses; con 22°C en la superficie del agua, pude capturar pargos juveniles, cochis, disfrutar por largo rato del accionar de una ballena y también de la formidable “pelea” que tuve con un soberbio coconaco de 49cm que como todos los de su especie y tamaño, por más de 10 minutos puso a prueba el ligero equipo que uso en estos menesteres. Tanto fue mi disfrute, placer y gusto por este pez que al igual que todos los demás y por haber llegado al agradable cansancio que tanto busco, le liberé del anzuelo simple y lo regresé al mar, sin daños mayores.



sábado, 13 de abril de 2024

13.04.24 Como en los viejos tiempos y gracias a la benevolencia del Señor que como siempre, hoy también fue mi compañero, este fue un día excepcional ya que el mar, la pesca, la Pa’ntonces y el cielo, estuvieron en modo perfecto; salí del náutico a las 6h, a las 7h puse los señuelos en el agua, a 8h me encontré con un enorme cardumen de bonitas (para beneplácito de mis vecinos en el ejido); estaban tan agresivas que originalmente puse 4 curricanes y cuando en los 4 se pegaban peces, opté por dejar sólo 3 en el agua y cuando los 3 hacían sonar la chicharra de los carretes, dejé solo 2 y finalmente, tuve que pescar con solo una caña. Esta jornada puso a prueba mi vetusto organismo (aunque siempre voy bien protegido con mi exoesqueleto), así que una vez que hube llenado la hielera de pescado, a las 9:30h me direccioné al náutico a donde llegué antes de las 11h, habiendo recorrido 90km en un lapso de 6h.