15.04.17 Durante la mini jornada de esta mañana (6:30 a 8:30 h), hubo de todo: utilicé
el Honda de 5 hp (hacía mucho tiempo que no lo echaba al agua; se portó de
maravilla), probé un carretito Okuma Trinity (me gustó mucho ya que el sonido
de la chicharra es más notorio que en los Daiwa que normalmente uso), puse en
el agua unos señuelos japoneses que están hechos en China (no los vuelvo a
comprar), los peces se volvieron “loquitos” con los señuelos Bomber (atraparon
bichis, cochis, coconacos, pargos, cabrillas prietas, cabrillas areneras y
barracudas por lo que terminé mi “tarea” muy, muy cansado) y además, mitigué un
poco lo avergonzado que me he sentido estos 2 últimos días por haber olvidado
los señuelos, el jueves próximo pasado. Ese me fui al náutico con la intención
de ir al Farallón ya que me habían comunicado la presencia de dorados alrededor
de la piedra; en el club me encontré con el Dr. Gallardo (precisamente, psiquiatra)
que iba a pescar en la bahía y pues no tardé mucho en convencerlo de que me
acompañara. Todo estuvo bien, el mar, la Mi Última, el motor Honda 90, hasta
que cuando llegamos al sitio donde se suponía íbamos a comenzar el troleo, me
percaté de que como si fuera principiante (ruego al Señor no sea principio de Alzheimer),
había olvidado los señuelos.
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