sábado, 3 de marzo de 2018

03.03.18 Hoy le tocó a la Piñahata navegar (hacía más de 8 meses que no se movía y afortunadamente todo el equipamiento de los motores, radio, combo Garmin, radar y dirección hidráulica funcionaron satisfactoriamente), dentro de la bahía en una mini jornada (7:30 a 9:30h)  y para no irme solo (es difícil maniobrarla sin acompañante y más cuando la marea está tan viva como la actual), “se invitó” mi nieto Abelardo de casi 5 años de edad; inicialmente y después de solucionar un deficiente funcionamiento del marcador del agua de enfriamiento de uno de los motores, pusimos a trabajar sendos señuelos Storm, mismos que de inmediato atrajeron la atención de peces lagartija, toros, bichis y corvinas (todos los animales los acercó el Abe hasta la lancha y yo los subía para quitarles el anzuelo, minimizando con ello potenciales riesgos), con las que se entrenó el pescador en ciernes para beneplácito del abuelo que no cabía de gusto al ver la satisfacción (y más satisfecho estaba el plebe cuando regaló 2 corvinas a nuestros vecinos en el ejido), que el maniobrar de las cañitas le proporcionaba al heredero de la pasión-afición-vicio que me tiene atrapado desde hace ya un buen tiempo.

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