miércoles, 28 de noviembre de 2018

28.11.18 Hoy fui a Topo a cargar un poco de gasolina a una de las lanchas grandes y para que el viaje no fuera en balde, metí la Piñitas al agua para recorrer mis ya tradicionales sitios de pesca; hubo muchos bichis (realmente cansan pero cuando no hay más, son bienvenidos), también cochis y toros, pero la “estrella” de la mini jornada lo fue un magnífico coconaco (es mi presa favorita; últimamente mi esposa los ha estado preparando en caldo y desde ahora declaro que no hay mejor pescado que estos “mueludos”), de 40cm que al igual que todos los de su especie, hizo sonar estridentemente la chicharra del carretito Okuma (lo que hizo que la adrenalina recorriera toda mi vetusta humanidad), luego siguió la “encuevada” típica de estos individuos (estuvo adherido a las rocas por más de 5 minutos), la “pelea” para que se alejara de las piedras y finalmente (gracias a la benevolencia del Señor), su captura en la red.

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