jueves, 28 de abril de 2022

28.04.22 Una soberbia y controvertida jornada en solitario, en los alrededores del Farallón; al entrar al agua, olvidé poner el tapón a la embarcación así que tuve que regresarme rápido a la rampa y pedir al tractorista que metiera el remolque para solucionar mi riesgoso olvido. Al pasar la boya de recale me encontré con una inmensa mancha de hidrocarburo que me puso muy molesto pero el Señor (me acompañó todo el tiempo), inmediatamente me rescató el buen ánimo con el avistamiento de marlines y cachalotes saltando, caguamas y hasta un tiburón martillo que pasó a un lado de la lancha. La mar estaba algo agitada por lo que me cansé mucho y para cuando encontré las bonitas (por cierto de muy buen tamaño) y los barriletes, mi cuerpo no tenía la energía requerida para la pelea por lo que prudentemente opté por la retirada.



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