lunes, 9 de noviembre de 2020

09.11.20 Otra “mañanera” (6:15 a 8h), atípica de “san lunes” (estaba lloviznando y soplaba un viento frío del norte), ya que desde la entrada al recinto portuario, los vigilantes de la API me recibieron con cara de “pocos amigos”; luego me dijeron que un “junior” del náutico perdió el control y agredió a los vigilantes que estaban de turno y por supuesto, en su accionar nos involucró a todos los socios. A continuación, puse la Piñitas en el agua sin tapón y comenzó a inundarse por lo que para sacarla, tuve que mojarme hasta la cintura; en el agua había una gran cantidad de hidrocarburo y para tomarle una foto, moví en forma inusual la GoPro y se rompió (suerte que flota), la base del soporte. Finalmente, bajo la mancha de aceite o diesel solo pude atrapar bichis y uno de ellos me clavó una de sus espinas dorsales, en la yema del dedo pulgar de la mano izquierda; toda una jornada en la que el Señor me recordó sutilmente que en esta afición-pasión-vicio, hay dulzura pero algunas veces también hay contrastes.



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