martes, 21 de abril de 2015

21.04.15 Ante el inminente alejamiento de mi “querencia” por algunos días, decidí “despedirme” de la “parcela” y hoy, con muy buenas condiciones climáticas y marinas, salí a disfrutar del “adrenalóico” sonido de los 9/0 (hubo barriletes; todos se prendieron en los señuelos duros Williamson Speed Pro) y por suerte, me tocó admirar el maravilloso navegar de las ballenas, el salto acrobático de las mantas y delfines, el rápido desplazamiento de las doraditas tratando de capturar los señuelos blandos, el espectacular y repetitivo salto de los picudos (estaban muy, muy lejos; no pude identificar si eran marlines o pez velas), el prolongado vuelo de los peces voladores y en fin, el Señor me regaló (espero que no sea la última vez), con todo aquello que tanto me gusta (y me apasiona y envicia) y que ha sido parte primordial e inherente de mi existencia (gracias a Dios, a mi familia, a mis amigos), de unos años para acá (desde el 2010, para ser precisos), ya que anteriormente salía al mar solo los fines de semana o en vacaciones y actualmente, salgo siempre que me lo permiten las variables meteorológicas y marinas.

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