viernes, 20 de enero de 2017

20.01.17 Después de una semana completa de no estar al lado de mis querencias (motores, embarcaciones y principalmente la mar), hoy y a pesar del intenso frío (a las 6:30 h en el ejido estábamos a 6°C), me decidí a dar una vuelta por la bahía y aunque ya casi no había natas de algas, todavía quedan algunos “parches” estacionados (la marea estaba prácticamente “muerta”), que con frecuencia ensuciaban los señuelos; a pesar de las variables negativas, encontré barracudas que no estaban deprimidas (con el frío, el agua incrementa su densidad y consecuentemente,  atempera el vigor de los peces), animales que me hicieron entrar en calor aunque no me escapé de que una de ellas pasara ligeramente sus afilados dientes por la palma de mi mano y me hiciera un pequeño corte que de momento, parecía alarmante pero que después de poner la herida en el agua fría, me di cuenta de que solo era (a Dios gracias), un rasguño. Después de 2 h de navegación decidí que se había cumplido el propósito del viaje (evaluar las condiciones del agua en el canal de navegación), por lo que opté por no seguir arriesgándome (el frío definitivamente me vuelve más torpe que de costumbre) y di por terminada esta mini jornada.


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