21.04.15 Ante el
inminente alejamiento de mi “querencia” por algunos días, decidí “despedirme”
de la “parcela” y hoy, con muy buenas condiciones climáticas y marinas, salí a
disfrutar del “adrenalóico” sonido de los 9/0 (hubo barriletes; todos se
prendieron en los señuelos duros Williamson Speed Pro) y por suerte, me tocó
admirar el maravilloso navegar de las ballenas, el salto acrobático de las
mantas y delfines, el rápido desplazamiento de las doraditas tratando de
capturar los señuelos blandos, el espectacular y repetitivo salto de los
picudos (estaban muy, muy lejos; no pude identificar si eran marlines o pez
velas), el prolongado vuelo de los peces voladores y en fin, el Señor me regaló
(espero que no sea la última vez), con todo aquello que tanto me gusta (y me
apasiona y envicia) y que ha sido parte primordial e inherente de mi existencia
(gracias a Dios, a mi familia, a mis amigos), de unos años para acá (desde el
2010, para ser precisos), ya que anteriormente salía al mar solo los fines de
semana o en vacaciones y actualmente, salgo siempre que me lo permiten las
variables meteorológicas y marinas.
martes, 21 de abril de 2015
sábado, 18 de abril de 2015
18.04.15
Definitivamente, otro día que voy a extrañar cuando me muera; eran las 7:05 h
cuando puse la Mi Última en el agua (la intención era que el aceite del motor
se calentara lo suficiente para que se escurriera fácilmente y cambiarlo) y
como la marea estaba muy arrastrada (subiendo pero lentamente), me fui hasta el
canalito que pasa frente al náutico, donde están amarrados los yates de recreo
y coloqué 2 señuelitos bomber, uno azul y otro verde, ambos con anzuelos
simples. A las 7:35 h la cañita Daiwa de babor se cimbró y dobló
espectacularmente y para cuando la tomé en mis manos, alcancé a ver un gran
animal que aboyaba como a 15 m de la embarcación; fehacientemente alcancé a
identificarlo como otro “triple cola” (dormilona, pargo bacoco, ronco plateado,
pacificus
lobates; ahora un pescador comercial que estaba viéndome dijo que era
un “babo”), que siguió sacando línea del carretito Daiwa hasta llevarse más de
la mitad de la bobina (aproximadamente 60 m) y fue entonces que me angustié
sobremanera, pensando que mientras lo trabajaba se pudiera enredar con los
cables del ancla de otras embarcaciones. Afortunadamente nada pasó y después de
unos 15 minutos, el animal (pesó 7 kg, un poco más que el que saqué el mes
pasado), estaba a buen recaudo arriba de la Sea Hunt; con este evento y por el
cansancio físico y anímico, me direccioné al náutico (eran las 8:20 h), para
iniciar las labores de mantenimiento de ambos motores Honda.
jueves, 16 de abril de 2015
16.04.15 Como le faltaban 5 h de funcionamiento al motor Honda para el servicio
programado (en año y medio ya completa 850 h y como en promedio hago 7 h por
salida, este número de horas significan aproximadamente 120 excursiones en el
mar), me propuse hacer una salida “corta”, nada más adelante de la boya de
recale aprovechando que había buen tiempo, vientos del orden de los 10 km/h, olas
no mayores a 50 cm y con crestas a cada 13 s. Puse en el agua 2 señuelos
Williamson Speed Pro y un Bomber, para ver si se prendía una sierra (no tuve
suerte; solo había barriletes), pero lo interesante del día fue que me encontré
con un picudo aboyado que tuvo el comportamiento más impredecible de cuantos me
ha tocado visualizar en mi larga vida ya que al querer “ponerle” de frente los
señuelos, el pez inmediatamente se volteaba (no se hundía) y me mostraba su
cola (igual que lo hacen los grandes monos para demostrar desprecio o desagrado
por el encuentro no solicitado); por más que giraba la lancha para que viera
los señuelos, el animal siempre mostró la misma conducta que me dejó atónito
por lo increíble de la situación. Después de unos minutos de insistir y al no
haber interés por parte del animal (además ya era hora de regresar a tierra),
lo dejé y por supuesto, él me dejó con el más profundo asombro, situación que
viene a corroborar que nunca, nunca, una salida es igual a la anterior.
sábado, 11 de abril de 2015
11.04.15 Terminé
con otros “inaceptables” 3 días sin salir a navegar, esta vez forzado por las
condiciones climáticas (de hecho, hoy estuvo lloviznado en Topo aunque no estuvo
el aire tan intenso como marcaba el pronóstico); sin embargo y como en la
mayoría de las ocasiones, el mar fue magnánimo con su ferviente súbdito y me
recompensó con sierras de buen tamaño que mañana van a transformarse en un
delicioso cebiche con el que acompañaremos los chicharrones de pargo, filetes
de dorado y de pez vela que vamos a degustar en la comida familiar dominical. Una
“movida” mañana (estuve en el agua de las 7h a las 9:15h, siempre con marea
saliente), de este nebuloso día y por consiguiente, usé “bombercitos” de
colores oscuros que es lo que recomiendan los “gurús” de la pesca.
martes, 7 de abril de 2015
0.7.04.15 Aguanté
3 días sin salir a navegar y como ya sentía que se me “venían encima los años”,
hoy salí a dar una vuelta a Punta Copas; al principio hubo nula actividad pero
luego se aparecieron los “dientones” (sierras y barracudas) y le pusieron
alegría a este nebuloso y airoso día; además, los tractoristas del náutico
estuvieron de plácemes por los animales que inmediatamente se pusieron a
preparar en cebiche. Queda demostrado pues, que Topolobampo sigue siendo un
nicho consentido de varias especies de peces, a pesar de los innumerables
chinchorros que durante la Semana Santa, tuvieron tendidos los pescadores
tradicionales y ocasionales que se dieron cita en este vetusto cuerpo de agua.
Quiero aprovechar la oportunidad para compartirles las nuevas direcciones de la
red que he estado consultando para incrementar la seguridad en mis excursiones
al mar:
http://www.surfline.com/surfdata/chart_viewer/?chart=regionalperiod&id=2978&zone=-7
donde puedo comparar la frecuencia y la altura de la cresta, la intensidad del
viento y la temperatura del agua y
http://preview.weather.gov/graphical/?zoom=3&lat=10.91198&lon=-68.37891&layers=00BFTFTTTTT®ion=7&element=9&mxmz=true&barbs=true
que es una página experimental pero que me ha dado buenos resultados con la
intensidad del viento y la altura de la ola.

viernes, 3 de abril de 2015
03.04.15 Otro
excelente día en esta Semana Santa 2015; en compañía del Ing. Mena salimos a
las 6:30 h hacia la “parcela” y después de navegar durante aproximadamente 2 h,
se prendió un buen pez vela que hizo trabajar a mi compañero durante
aproximadamente 15 minutos y al término de los cuales, después de evaluar el
extenso daño que le causó el anzuelo y las vicisitudes de la pelea, decidimos
subirlo a bordo de la embarcación Mi Última; además, el Ing. Mena tiene familiares
que lo visitas del extranjero y quiere halagarlos con una opípara comida a base
de carne de Pez Vela. Un rato después y cuando ya enfilábamos hacia tierra, el
mar nos regaló con una estampa que ambos vamos a recordar por el resto de
nuestras vidas: como a unos 50 m, estuvo saltando un enorme marlín azul y en
cada salto su cuerpo nos ofrecía un conjunto de brillantes colores
azul-verde-oscuro-plateado, amén de la perfecta hidrodinámica de su cuerpo que
emergía y se introducía en el agua con manifiesta seguridad y aplomo.
jueves, 2 de abril de 2015
02.04.15 Las
nuevas generaciones no “aguantaron” el ímpetu del abuelo y aunque habían
acordado regresar este día al Farallón, los “héroes y las heroínas” optaron por
no levantarse temprano; ante esta circunstancia, no me quedó otra que irme yo
solo y con tan buena suerte que para las 7:50 h ya se me había prendido un
espléndido dorado macho (otra vez estuve regresando doraditas y solo hasta que
cambié a señuelos más grandes del orden de los 23 cm, fue que dejaron de mostrar
“interés”); para las 8:40 h ya me sentí muy cansado (no solo por la "pelea“
con los barriletes, las doraditas y con el machito, sino por la enorme tensión
a la que estuve sujeto el día de ayer “aleccionando” a los nietos que se
paseaban por la lancha de un lado para otro y ya se me hacía que se caían al
agua), por lo que me regresé al náutico a donde llegué alrededor de las 10 h.
Otro memorable día que voy a extrañar cuando me muera.

01.04.15 Un verdadero placer de abuelo poder compartir con las nuevas generaciones
la afición-pasión-vicio de la navegación-pesca; en un espléndido primer día del
mes de abril (comenzó muy bien este mes) y en la Piñahata, 4 de los nietos (2
de ellos, Karla de 7 años y José de 5, primerizos en estos menesteres; pudimos
comprobar que afortunadamente ninguno tiende a marearse), pasaron unas horas
alrededor de la piedra donde se prendieron 5 barriletes, 6 pájaros (estuvieron
más agresivos que nunca) y varias doraditas (no expongo la foto con las
doraditas porque Isabella se enojó; la razón fue que a una de ellas no pudimos
regresarla porque estaba muy dañada y eso no le gustó), la mayoría de las
cuales volvieron indemnes al mar. Además de escuchar frecuentemente el
alucinante (nunca se sabe de primera intención que animal es el que devana el
carrete), sonido de los 9/0 que hizo mantener siempre la atención en la pesca
(solo durmieron un rato en el trayecto de regreso), pudimos presenciar los
espectaculares saltos de un pez vela que hizo sus acrobacias como a unos 70 m
de la embarcación, vimos la aleta de un gran tiburón que cortaba la superficie
del agua con gran seguridad y sin que le importara nuestra presencia y por
supuesto, las grandes manadas de lobos juveniles que están aprendiendo a
subsistir en su demandante medio.
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