19.06.24 Adrenaloíca jornada por los alrededores del Farallón con el Señor, mi fiel compañero que me permitió vivir las emociones únicas que proporciona la navegación y la pesca ya que hubo muchos piques de peces como barriletes en los señuelos paletudos y con curricanes blandos, dorados donde la mayoría fueron hembras que se regresaron al agua, aunque también hubo un macho grande y muy peleonero que me rompió el monofilamento. Además, se me prendieron 2 pez vela que se soltaron casi inmediatamente y también un marlín rayado al que estuve cordelando por mas de 25min hasta que en las proximidades de la embarcación, saltó y para mi gran sorpresa (así es el carácter único de este tipo de jornadas), expulsó el contenido estomacal junto con el señuelo al cual venía prendido un esqueleto de dorado a medio digerir.