31.12.22  Inmejorable manera de terminar el año con una jornada en el Farallón, en compañía de mi hijo Alejandro y por supuesto, del Señor que con su infinita bondad, permitió que a pesar del intenso frío, unas ráfagas de aire que no estaban pronosticadas y unas olas muy molestas, todo marchara bien en la navegación, la pesca, en el funcionamiento de los motores, etc. En esta importante fecha, volvimos a encontrar los dorados (tanto machos como hembras; también hubo barriletes) y para nuestro deleite visual, encontramos peces voladores y muchos delfines que con sus piruetas en las proximidades de la embarcación, nos asombraron sobremanera.