viernes, 2 de diciembre de 2022

02.12.22 En compañía del Señor, hoy fui (después de ponerme tobilleras, rodilleras, faja en la cintura y muñequeras), con mi hijo Abe a dar una vuelta al Farallón, principalmente con la intención de abrir la bitácora de este, el último mes de año y aunque firmemente pensamos que iba a haber otro múltiple encuentro con los picudos, la verdad es que estos brillaron por su ausencia. No obstante, nuestro misericordioso acompañante nos permitió encontrar sierras, bonitas y toros con lo que la jornada estuvo más que movida y si a esto le agregamos el magnificente espectáculo de ver a los cetáceos saltando totalmente fuera del agua, así como los acrobáticos brincos de las mantas, pues el viaje estuvo más que placentero.



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