14.08.21 Gracias a la infinita benevolencia del Señor, este sábado tuve una excelente jornada (9 a 10:30h, con la marea de subida), en la que contra mi costumbre, fui tarde a Topo motivado por la maniobra de montar la embarcación Pa’ntonces en su renovado remolque. El agua estaba tan turbia (generalmente los peces le huyen a las altas concentraciones de sólidos suspendidos ya que el material particulado se le aloja en las branquias y les impide el intercambio de oxígeno), que hasta un pargo se prendió del lomo (seguramente no vio el señuelo a tiempo) y un buen coconaco, en su clásica pelea y al adherirse a las piedras, me hizo quebrar una caña Shimano; finalmente, los cochis y las cabrillas e inclusive un merito de 40cm, complementaron el accionar que tanto me satisface.