lunes, 27 de enero de 2020

27.01.20 Una jornada de “san lunes” muy familiar ya que además de Alfredo (mi hijo) y su esposa Fanny, la embarcación Mi Última tuvo a bien navegar con mis nietos Leonardo y Alfonso, que rara vez pueden venir a visitar a sus “abuelos del mar”; en esta ocasión, el Señor nos propició una espléndida ruta por la costa del cerro de San Carlos donde para variar y para beneplácito de nuestros vecinos en el ejido, encontramos a las corvinas. Por supuesto y para abonar a la pasión-afición-vicio que me tiene atrapado y que quiero heredar a mis descendientes, también hubo peces lagartija, cabrillas pimienta, bichis y hasta un sábalo, además claro, del espectáculo de los delfines que con su accionar, maravillaron a la "concurrencia".



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