domingo, 28 de agosto de 2016

28.08.16 En contra de mi habitualidad, hoy domingo (se suponía que iba a salir con unos amigos pero nunca llegaron al náutico), me fui a dar una vuelta en solitario por los alrededores del Farallón y fue tan buena la mini jornada (6:30 h a 10:50 h), que nada más pasando la cota batimétrica 75 y como a las 8:30 h, se prendió el primer pez vela (estaba en una estadía juvenil; afortunadamente lo pude liberar más o menos en buenas condiciones porque la “pelea” no duró más de 10 minutos); luego de un rato y como a las 9 h, se prendió otro pez vela que desafortunadamente, venía prendido del ojo y sangraba mucho por lo que tuve que “sacrificarlo” subiéndolo a la embarcación Pa’ntonces (se portó muy bien en la marejada a pesar de que había olas secundarias muy molestas), habilitada ya con los motores Suzuki a los cuales les estoy agarrando “cariño” (es sorprendente y casi increíble el poco consumo de gasolina; menos de 60 L en una jornada de más de 100 km recorridos), porque además son muy silenciosos. A las 9:30 h decidí regresarme a Topo y antes de que subiera los señuelos, se prendió un precioso y majestuoso marlín azul que después de unos 5 minutos de pelea y de más de 15 saltos espectaculares, rompió la línea y se fue como torpedo ya que iba sobre la superficie del agua, con la mitad delantera del cuerpo rompiendo las olas, sin que manifestara ir mal herido (lo cual ruego a Dios así sea).


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