13.03.24 Aunque fue una jornada muy “barriletera” (se prendían hasta 2 al mismo tiempo, inclusive con señuelos de diferente color), la disfruté enormemente pues en compañía del Señor y de mi hijo Abe, gozamos del buen tiempo, de la pacifica mar, de la presencia de caguamas, delfines, mantas y ballenas. Por supuesto, estoy muy agradecido que a esta altura de mi existencia, se me permita vivir en cada jornada de navegación una experiencia renovada que inyecta bríos a mi cuerpo, así como a mi espíritu y que está próximo a completar los ¾ de siglo.
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