martes, 24 de septiembre de 2019

24.09.19 Ante los buenos resultados obtenidos la mañanera de ayer, hoy quise repetir el escenario pero olvidé que precisamente en este martes, se abría la veda del camarón y con probablemente más de 250 embarcaciones en el agua, aquello se volvió “insufrible”; tuve que refugiarme en lo más recóndito de San Carlos por temor a que los pescadores comerciales fueran a embestir a la Piñitas. De cualquier forma, el Señor me protegió (y también me “obligó” a olvidarme por unos días de las “mañaneras” en la bahía; voy a aprovechar para cambiar baleros en las llantas del remolque de la Piñitas y terminar de armar el sistema de dirección de la Mi Última) e inclusive me proporcionó la satisfacción de que varios pargos sarteneros (todos fueron regresados a su hábitat sin mayores daños), se prendieran en los señuelos Storm que puse en el agua.

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