miércoles, 1 de mayo de 2019

01.05.19 Hoy tocó “despedirme” de la embarcación Piñitas y aprovechando (se abre la bitácora de Mayo), que todavía tengo que asentar el Suzuki DF6A (que por cierto ha estado funcionando impecablemente), me fui al agua por un lapso de 2h (6 a 8; de hecho, cuando el tractorista me estaba subiendo, mis compañeros del náutico apenas estaban disponiéndose a salir), con tan buena suerte que los toritos (también se prendieron peces lagartija, cochis y bichis), estaban en el mismo sitio que los encontré ayer. En esta ocasión, después de la “salvaje” mordida que le dieron ayer a uno de ellos (el Ing. Mena le apuesta a que fue una gran barracuda, opinión que no descarto), mantuve a los animales en el agua tanto tiempo como me aguantó la paciencia, esperando que el “gran depredador” hiciera acto de presencia, pero el Señor tal vez no quiso que me involucrara en una cansada pelea, que me comprometiera física y mentalmente. Dios, en verdad voy a extrañar todo esto cuando me muera.

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