29.03.18 Hoy por fin y después de 3 días de inclemente viento, hubo un mejor
tiempo por la mañana y con mi hijo Alfredo, realizamos una mini jornada (7:10 a
9:20h), de navegación, pesca y de “comunión” familiar (hacía varios meses que
no nos visitaba por lo que tuvimos mucho tema de conversación); los bichis han
aprendido a embestir los señuelos grandes y las corvinas, con su peculiar forma
de pelea (cuando se prenden, tienden a irse a la superficie y como no es
conveniente presionarlas mucho ya que fácilmente se desgarran sus tejidos,
tienden a irse hacia los lados enredándose con las otras cuerdas), se
encuentran todavía en los mismos sitios en donde las dejé en mi última “aventura”.
Contra todas mis suposiciones, no había gran cantidad de pescadores deportivos
y los comerciales (vimos con mucha envidia como subían a sus embarcaciones
varios pargos de muy buen tamaño), pescaban de fondo, sin interactuar con los
trayectos de pesca que acostumbro realizar; de cualquier forma y por seguridad,
nos fuimos en la Sea Hunt que por su tamaño, puede resguardarnos mejor ante una
potencial colisión.
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