13.03.18 Después de una “ventosa” pausa en la que la intensidad del viento no me
permitió “llegarle a mi querencia”, hoy por fin amaneció un poco calmado y
durante la mini jornada (6 a 8h), de este día en la Piñitas, encontré de nueva
cuenta al cardumen de corvinas (se me prendieron 4; 2 se auto liberaron al
subirlas a la lanchita y me traje 2), todas de un buen tamaño (alrededor de los
60 cm), que siguen complaciendo a buena cantidad de amigos ahora que es
cuaresma. Durante los días de ocio previos, he podido valorar en toda su
extensión, la benevolencia del Señor para la manera tan somera en que me atacó
la “culebrilla” (shingles para los
anglofílicos), pues se han documentado casos en los que solo la morfina (es muy
recomendable que en general, adultos que pasen de los 55 años se vacunen),
puede amortiguar los dolores que es capaz de generar el virus herpes zoster; en mi particular
situación, bastó irme al mar para que al menos durante esos lapsos de tiempo,
me olvidara del padecimiento que aunque aún esta latente, ya es manifiesta la convalecencia.
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