21.03.18 Ya tenía 3 días sin estar con
mi querencia y hoy que vi en el internet la posibilidad de hacer un recorrido
dentro de la bahía, me “abalancé” al náutico y para las 6h ya había puesto la
Piñitas en el agua (me salí a las 8h, cuando la marea entrante y la intensidad
del viento, dificultaban la maniobrabilidad de la ligera embarcación), para
poner en el agua mis señuelos de 13cm y así tratar de evitar los embistes de
los latosos bichis (logré mi cometido parcialmente ya que aún con curricanes
grandes, algunos de estos animales se prenden “robados”) y “ofrecerles” una
deliciosa “muestra” (así llaman algunos españoles a los señuelos), a otras
especies más apreciadas como pargos (hubo pocos y de tamaño “mini”; solo me
traje uno de 40cm) y corvinas que también estaban muy chicas y todas fueron
regresadas al agua sin mayores daños. Junto con las corvinas, se prendió un
animal que no pude identificar de primera intención ya que tiene el cuerpo de
un “puyeque” (peces de agua dulce con el cuerpo más o menos redondeado, que no
tienen espinas ni dientes ostensibles), con un peso del orden del medio
kilogramo, con incisivos muy agudos, franjas transversales y espinas en la
aleta dorsal; considero su identificación una “tarea” mas que el Señor me ha encomendado para involucrarme
con ahínco y reforzar mi pasión-afición-vicio.
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