07.03.18 Por fin y después de 3 días
sin “cumplirle” a mi querencia, hoy me decidí a meter la Piñitas al agua y
realizar un corto recorrido (6:15 a 8:45h; ya amanece más temprano y me salí a
esa hora al comenzar a incrementarse la intensidad del viento), donde hubo
amplia variedad de peces (cabrillas areneras, bichis, cochis, toros y peces
lagartija que fueron devueltos al agua sin mayores daños), entre los que
destacaron las corvinas (me traje 3 para la tradicional “cuaresma” de mis
vecinos en el ejido, una de ellas de más de 65 cm), que me produjeron una gran
satisfacción porque las “dolencias” propias de la vejez (la más crítica es el
regreso del virus de la varicela, ahora transformado en la popular “culebrilla”
que me apareció justo después de haber ido a pescar con mi nieto Abe), me
tienen un poco “achicopalado”. Producto de esa desmejora en mi desempeño
intelectual y físico, cuando estaba sacando las corvinas, oprimí el botón incorrecto
de la GoPro por lo que no tuve imágenes adecuadas del evento y cuando llegué al ejido, inmediatamente regalé
las corvinas, por lo que posteriormente tuve que pedir “prestada” la más grande
para tomar la foto. En otro orden de ideas, hoy en la mañana que estaba
visualizando las páginas de los diarios que normalmente leo, me encontré con
una frase del presidente de Rusia que me pareció excelente: “Hablando de pesca,
no podemos ni debemos dejar de exagerar”.
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