27.03.17 Hoy le tocó turno a Isabella (mi guerrera de la mar ahora próxima a
cumplir los 8 años), que este lunes no tuvo clases y aprovechamos para navegar
en un escenario marino sin igual, frente al náutico y en El Pinto; en un
principio y con los Bomber habilitados con un solo anzuelo, las barracudas se
prendieron con fiereza (hasta 2 al mismo tiempo) tocándonos vivir uno de esos increíbles
eventos que solo la grandeza del Señor puede permitir, cuando al sacar del agua
un pez lagartija, un águila pescadora se abalanzó sobre nuestra captura y a
centímetros estuvo de tenerla en sus garras. Después los peces estuvieron “flojos”
y sólo hasta que se prendió un toro e hizo sacar toda la destreza que tiene mi
nieta para manejar la caña, volvió a reanimarse el ambiente; obviamente, su
comportamiento estuvo acorde con su edad y esta situación, motiva mis
esperanzas de que el Abe cambie de actitud una vez que pase más tiempo y
madure.
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