03.03.17 Mas que nada para abrir la bitácora de Marzo (aunque también aproveché
para ponerle gasolina a la embarcación Pa’ntonces; se supone que mañana voy a
pasear a los nietos que nos visitan), hoy fui al náutico y metí al agua la
lanchita de aluminio para realizar un mini paseo frente a las instalaciones de
los marinos; aunque el agua estaba muy “arrastrada”, hacía viento y estaba
nublado, puse en el agua unos señuelos Rápala magnum con paleta de plástico
(los Storm pegaban en el fondo con enojosa frecuencia) y las embestidas de
peces lagartija, bichis y principalmente barracudas (se prendieron más de 7 “dientes
de serrucho”), no se hicieron esperar de tal suerte que le rompieron la paleta
a uno de los curricanes (de madera balsa) y a otro lo dejaron sin anzuelos. La
actividad de los peces (todos se regresaron al mar sin mayores daños), fue
inesperada ya que siempre había considerado que con la marea tan baja y con el
agua tan turbia, los animales se resistían a participar en lo que para mi, fue
un rato de buen ajetreo que hizo que entraran en calor mis músculos,
articulaciones y huesos (viejos).
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