24.04.19 Una excelente jornada en los alrededores del Farallón, en compañía de
los Valdés (padre e hijo) y de Alejandro; las bonitas estaban igual de
frenéticas que desde hace más de 2 semanas y además, en esta ocasión salieron
doraditas, barriletes y hasta en 2 ocasiones, los picudos (visualizamos a lo
lejos, muchos de ellos saltando), juveniles hicieron por los señuelos que les
pusimos en el agua. Fue una mañana excitante en la que además de los peces, las
ballenas (había como 10 en una manada), las caguamas (literalmente, decenas de
ellas), las mantas, los delfines y los lobos (también tuvimos la grata
experiencia de visualizar en todo su magnitud un gran tiburón ballena, más
grande que el embarcación Pa’ntonces que mide casi 8m), puntualizaron la gran
riqueza cualitativa y cuantitativa de nuestras costas en el Golfo de
California.
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