23.04.19 Hoy le tocó el turno a Ricardo nieto (vive en Mty y escasamente tiene 3
años), que junto con mi hijo Alejandro, su padre, hicimos un pequeño recorrido
frente al náutico con tan buena suerte (el Señor, con su infinita benevolencia sigue
proporcionándome intensas satisfacciones), que en cuanto pusimos los señuelos
en el agua, se prendieron parguitos, corvinas, sierras y muchos peces lagartija, de tal suerte que Ricardo terminó la jornada profundamente satisfecho y por
supuesto, atrapado (fue muy importante la repetida acción de los peces en esta
su primera vez; de hecho y cuando pasaban unos minutos sin que se prendiera un
animal, “exigía” que hubiera acción), en la afición, pasión, vicio que “consume”
al abuelo consentidor.
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