15.04.19 Un “san lunes” (obviamente por la benevolencia del Señor), excepcional en
el que mi nieto Abe de 6 años y este septuagenario, acabamos profundamente
cansados ya que después de la boya de recale (habiendo salido del náutico a las
7h), nos encontramos a las bonitas (a las 8h y había tantas que nunca nos
dejaron llegar al Farallón), por lo que a las 9:30h decidimos regresarnos (sin
duda, ha sido mi jornada más corta en las aguas costeras del Golfo de
California) y a las 10h el tractorista del náutico estaba subiendo la embarcación
Pa’ntonces. En el corto lapso de tiempo que navegamos (había olas grandes pero
con crestas espaciadas), pudimos visualizar tortugas, ballenas y pequeños
calamares que eran el objeto de la asombrosa actividad de los túnidos.
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