24.11.18 Sigue la sorprendente productividad de Topolobampo ya que tan solo en
un corto lapso de tiempo (6:15 a 8:15h), los peces predadores embistieron con
muchas ganas a los señuelos que les ofrecí; hubo los ya infalibles cochis,
pargos sarteneros (se prendieron 3, mismos que regresé al agua sin daños
mayores), sierras (no están muy grandes pero sí bastante tiernas y eso
garantiza su inocuidad; me traje 3 para regalarlas a los vecinos); también
salió un mero pequeño que obviamente regresé a su hábitat y la “estrella” de la
jornada lo fue una corvina bastante buena (también la regalé a los vecinos; midió
85cm aunque por su fuerza, pelea y la manera de hacer sufrir a los carretitos
Okuma, originalmente la creí más grande),
que acabó con mis ya menguadas fuerzas por lo que (y a Dios gracias), satisfactoriamente
cansado, tuve que direccionarme al náutico.
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