19.11.18 Sigue el Señor propiciando las buenas pescas en la bahía y con ello
también se acentúa la buena relación nieto-abuelo ya que en esta mini jornada,
además de cochis, bichis, barracudas (había muchas cuando estaba todavía
subiendo la marea), se prendió un buen coconaco que hizo, además de sonar
estridentemente la chicharra del carretito Okuma, sudar la gota gorda al Abe ya
que durante la pelea, el animal se resistió a rendirse fácilmente y ambos “individuos”
(para mi beneplácito ya que solo así se está quieto por un rato), terminaron
agotados.
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