04.11.18 Una verdadera bendición del Señor que me permita, a estas alturas del “partido”,
disfrutar a mis hijos y nietos en la navegación y pesca, afición-pasión-vicio
que en estos años dorados se me ha arraigado de muy bonita manera; hoy me
acompañaron Alfredo y Abelardo y para no quedar mal en estos primeros días del
mejor mes (según mis estadísticas), los bichis, cabrillas areneras, cochis, pargos
(todos sarteneros; no nos trajimos ni uno), corvinas y barracudas (nos las
trajimos todas para regalarlas a nuestros vecinos en el ejido), estuvieron muy
proclives para abalanzarse con ímpetu (para beneplácito de la tripulación), sobre
los señuelos Storm y Bomber habilitados con anzuelos simples.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario