03.11.18 Ahora y en compañía de mis nietos Alfonso y Abelardo; mi hijo Alfredo y
Fanny su esposa, nos dimos a la tarea de realizar una buena pesca para soslayo
de los integrantes que nos visitan desde Guadalajara; los peces (pargos
sarteneros que localizamos en el mismo sitio donde han estado en días previos;
barracudas en cantidades tales que cansaron a todos los integrantes de la
tripulación; bichis que se prendían en todo tipo de señuelos y frecuentemente,
de a 2 por evento y también varios cochis, algunos robados y otros prendidos
del hocico), estuvieron realmente cooperativos y aunque los regresamos todos al
agua sin mayores daños, la diversión adrenaloica (obviamente con la anuencia
del Señor), se prolongó hasta bien entrada la mañana.
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