19.12.16 Hoy hubo mini pargos, cabrillas y muchas, muchas barracudas que se prendían
en todo tipo de señuelos y que con su voracidad, hicieron muy entretenida la
jornada que finalmente, culminó de manera inesperada pues resulta que se apagó
el motorcito Suzuki y nunca lo pude prender otra vez; le revisé la bujía, el
filtro de la gasolina, le cambié de tanque de combustible y nada por lo que
tuve que remar hasta el náutico a donde finalmente llegué después de 45 minutos
de agotador esfuerzo. El “san lunes” que tanto aprecio porque no hay pescadores
comerciales (y menos deportivos), el frío, la humedad (otra vez el lente de la
GoPro se empañó), hicieron que remara en soledad ya que nunca pasó ninguna otra
embarcación aunque afortunadamente, el viento que soplaba del NW y que tuve en
contra no se intensificó como estaba pronosticado; es la tercera vez que mi
Dios me pone este tipo de pruebas (las otras 2 en Camahuiroa) y para mi seguridad,
siempre ha dispuesto que las condiciones adversas no sean demasiado severas.
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