26.03.16 El plan era ir con mi hijo
Alejandro a la “parcela” pero viendo que para mañana domingo están
pronosticadas lluvias de Saltillo a Mty, decidió prudentemente adelantar su
regreso; por lo tanto, “tuve” que irme solo y aunque siguen los barriletes en
los alrededores del Farallón (me cansé al sacar el séptimo pez), este día
conocí otro elemento más de la rampante crueldad humana al encontrarme una
caguama “encostalada” (ya estaba muerta y putrefacta), en el trayecto de
regreso al náutico. Fue una mañana muy agradable desde el punto de vista
climático (estuve casi 6 h en el agua, recorriendo alrededor de 95 km), con
olas menores a 50 cm y frecuencia de cresta de 8 s, temperatura del agua de
22.5°C y vientos de 5 km/h provenientes del Sur; en esta jornada me deleitaron
las ballenas con sus surtidores, las mantas cubanas con su “salto mortal” sobre
la superficie del agua, los delfines, los gavilanes, caguamas (vivas), los
lobos y a lo lejos, percibí las acrobacias de un “picudo” que saltó al menos 7
veces incitándome a que me le aproximara. Obviamente, cuando llegué al sitio ya
no encontré ningún “vestigio” que delatara la presencia de estos magníficos
peces.
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