15.03.16 El Señor me demostró que no
debo pecar de incrédulo porque inclusive ayer que me acompañó Isabella, le
comentaba que ya casi no había animales grandes frente al náutico y hoy recibí
una “agradable” lección que me demostró todo lo contrario pues apenas iniciaba
mi “navegoterapia”, en un señuelo Storm se prendió un animal que de primera
intención lo califiqué como “peje piedra” porque tensionó la cañita Sweepfire
al límite, con un sólido jalón que hizo chillar al carretito Shimano mientras
devanaba monofilamento. Una vez que me repuse del “susto” y de verificar que
era un pez el que me retaba, lo “trabajé” hasta cansarlo no sin antes apreciar
su magestuosidad cuando raudo surcaba las aguas alrededor de la lanchita de
aluminio, irguiendo su aleta dorsal que sobresalía de la superficie del agua
con determinación y coraje; después de unos 15 min, sentí que ambos “animales”
estábamos cansados y lo pude situar en la red para admirarlo y por supuesto,
también medirlo (58 cm y 3.75 kg ya eviscerado). Fue esta una mini jornada de
hora y media (6:30 a 8 h), en la que también hubo sierras, parguitos, bichis y
peces lagartija, pero nada tan releveante como el “gran pez” capturado en los
albores de esta inolvidable mañana.
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