23.09.19 Un pródigo “san lunes” en cuya “mañanera” (6:45 a 9h), el Señor me
permitió disfrutar de la pelea de una gran variedad de peces que todavía hay (a
pesar de la continua y reiterada agresión antropogénica a que está sometida),
dentro de la bahía de Topolobampo; en los señuelos Storm primero se prendieron
las corvinas (me traje una muy buena, de 80cm), luego hubo cochis, siguieron
los coconacos (me traje uno de 42cm) y cuando estaba llegando a mi nivel de
cansancio, se me prendió un robalo “panzón” (cuando lo evisceré tenía como 300g
de grasa), de 5.2kg que hizo sonar estridentemente la chicharra del carretito
Okuma y en cuya faena utilicé las pocas energías que le quedaban a mi vetusto
cuerpo.
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