31.12.18 No pude “resistir” el visualizar en este último día del año (según mi
nota previa, ese 28 iba a ser la “ultima” jornada de pesca), que la intensidad
del viento en Topo estaría en los 10 km/h y la marea mas bien estable, por lo
que me animé soportar el frío (en el ejido estuvo a 5°C; en el náutico a 6°C),
para buscar un pargo o un coconaco; no encontré en esta corta mini jornada
(6:45 a 8h), ningún animal de esta especie pero si hubo muchos bichis, peces
lagartija y sierras. Ya en el agua, se me enfriaron todas los huesos y en
especial, sentí que las articulaciones de rodillas, muñecas, tobillos y cuello,
estaban “trabajando” por encima de las posibilidades de un vetusto organismo
(inclusive las bajas temperaturas limitaron el funcionamiento de la batería de
la cámara GoPro), que se resiste a aceptar las condiciones propias de un
septuagenario.
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