18.04.15
Definitivamente, otro día que voy a extrañar cuando me muera; eran las 7:05 h
cuando puse la Mi Última en el agua (la intención era que el aceite del motor
se calentara lo suficiente para que se escurriera fácilmente y cambiarlo) y
como la marea estaba muy arrastrada (subiendo pero lentamente), me fui hasta el
canalito que pasa frente al náutico, donde están amarrados los yates de recreo
y coloqué 2 señuelitos bomber, uno azul y otro verde, ambos con anzuelos
simples. A las 7:35 h la cañita Daiwa de babor se cimbró y dobló
espectacularmente y para cuando la tomé en mis manos, alcancé a ver un gran
animal que aboyaba como a 15 m de la embarcación; fehacientemente alcancé a
identificarlo como otro “triple cola” (dormilona, pargo bacoco, ronco plateado,
pacificus
lobates; ahora un pescador comercial que estaba viéndome dijo que era
un “babo”), que siguió sacando línea del carretito Daiwa hasta llevarse más de
la mitad de la bobina (aproximadamente 60 m) y fue entonces que me angustié
sobremanera, pensando que mientras lo trabajaba se pudiera enredar con los
cables del ancla de otras embarcaciones. Afortunadamente nada pasó y después de
unos 15 minutos, el animal (pesó 7 kg, un poco más que el que saqué el mes
pasado), estaba a buen recaudo arriba de la Sea Hunt; con este evento y por el
cansancio físico y anímico, me direccioné al náutico (eran las 8:20 h), para
iniciar las labores de mantenimiento de ambos motores Honda.
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