05.07.19 Después de un obligado receso motivado por variables climáticas (mucho
viento, calor y mareas “ingratas”), hoy me decidí a ir a Topo para
fundamentalmente, abrir la bitácora de Julio; tuve gracias a la infinita
benevolencia del Señor, la fortuna de “caerle” a un cardumen de coconacos (se
me prendieron 7 pero como todavía tengo un buen pargo en la congeladora, me
traje uno de tan “solo” 43cm), que peleó como ellos bien saben hacerlo pero sin
“encuevarse” ya que lo atrapé en un lugar donde no hay piedras en el fondo
marino. Además, también hubo pargos juveniles, cabrillas areneras, muchos
cochis y en esta ocasión, hasta roncachos, fauna marina que hizo la corta
jornada (6 a 8h, con la marea arrastrada y la superficie del agua a 31°C), profunda
y agradablemente cansada.
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