29.07.19 Un “san lunes”
imprevisible (así son todas las jornadas en el mar; es por eso que me tiene
atrapado este “vicio”), ya que temprano y aún sin generalizarse la claridad,
los pargos embistieron a los señuelos Storm con denuedo y constancia; en esta
ocasión, además de los omnipresentes bichis se me prendió un animal que tomó
toda la línea del carretito Okuma y nunca, nunca lo pude parar (lo cordelé por
más de 17min y cuando quise darle reversa al motor, al ver que se acababa la
línea, la propela se enredó en el otro señuelo que estaba en el agua y el
empate de acero apagó el motor); finalmente el monofilamento no resistió y solo
me restó pedirle al Señor que el animal no estuviera muy dañado y con el tiempo
(normalmente sucede en 2 semanas), el anzuelo simple de acero se desintegraría.
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