11.06.18 Aunque esta es mi
segunda mini jornada (6 a 8:30h; ya no se aguanta el calor después de esta hora
y la temperatura del agua subió a 31°C), después de una larga ausencia (casi 25
días), de mi “querencia” (en la primera que fue el viernes próximo pasado, hubo
puros cochis, peces lagartija y sábalos; además, me quedé sin gasolina en los
últimos 150m antes de llegar al náutico por lo que con la remada, quedé
totalmente exhausto para hace cualquier relatoría), no quise dejar pasar un “san
lunes” que sirviera para abrir la bitácora de junio y el Señor me recompensó
con la insistencia pues inclusive antes de que se apagaran las luces de las
boyas del señalamiento marítimo y se generalizara la claridad del día, los
pargos decidieron abalanzarse sobre los señuelos Storm para mi regocijo y
soslayo; estuvieron insistentes (también hubo cochis) y para cuando salió el
sol, los animales se pusieron inclusive más agresivos. Fue una mini jornada en
la que el Señor me permitió volver a escuchar el adrenaloíco sonido de los
carretitos Okuma 4000 y a percibir una muy agradable inclinación de las cañitas
Daiwa (ambas situaciones que extrañaba profundamente), cuando el señuelo es
embestido con fiereza por un buen pargo, que es un predador natural por
excelencia.
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