martes, 6 de junio de 2017

06.06.17 Hoy el pretexto para ir al náutico fue verificar si habían terminado de poner el techo del hangar (aparentemente está terminada la obra gruesa pero aún faltan detalles) y estando allá, pues metí la Piñitas al agua; los toros de diversos tamaños y con la subida del agua, estaban muy agresivos y casi no permitían que otra especie “atentara” contra los señuelos Storm; sin embargo, mis “consentidos” se las arreglaron para burlar el toril y “coquetearon” con pargos (todos fueron regresados al agua por exceso de “inventario” en la congeladora) y con un excelente robalo (como todos los de su especie, de primera intención muy “peleonero” pero después del escarceo inicial, se rinde y prácticamente se entrega), que hará las delicias de los asistentes a la próxima comida familiar. Extrañamente y de acuerdo al precepto de que en el mar hay que esperar lo inesperado, en esta mini jornada no hubo cochis, bichis o cabrillas areneras, lo que me hace especular si se deba a que la mañana estuvo nebulosa, aunque solo Dios sabe el verdadero motivo.


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