25.10.16 Hoy me encontré un cardumen de toros (se prendieron 3, mismos que fueron
regresados al agua sin mayores daños), de grandes proporciones (cada uno pesaba
más de 10 kg), peleoneros (con cada uno, me tardé más de 10 minutos en ponerlos
sobre la embarcación Mi Última) y muy agresivos (perdí 2 señuelos pues en sendas
ocasiones, me rompieron el cable de 7 hilos con resistencia estática de 18 kg);
en esta mini jornada (de 7 a 9 h), se corroboró el adagio de que hasta los “elefantes
comen cacahuates” ya que estos soberbios animales se prendieron (obviamente con
la complacencia del Señor), en los señuelos Storm de 7 cm que aguantaron estoicamente
los embates de los monstruos del mar que encontré en la subida del agua.
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