10.11.15 Salí a las 6 h del náutico y en la isobata 15 (antes de la boya de
recale), me encontré con un extenso comedero por lo que habilité unos señuelos
pequeños (pesaba que eran sierras las que producían la algarabía) y los puse en
el agua pero mi presunción resulto equívoca y solo se prendieron barriletes;
luego me dirigí al 180°, hacia “mi parcela” buscando dorados, especie que
actualmente se ha vuelto muy esquiva y escasa. Navegué hasta 15 km al SE del
farallón y solo encontré un pez vela que prácticamente me “retaba” pues en
varias ocasiones le pasé por enfrente con los señuelos y fue hasta el tercer
viraje que hinchó su vela y se abalanzó sobre un Williamson de 20 cm color rosa
con negro; la caña de estribor, habilitada con un 9/0, comenzó a producir el
sonido “celestial” que me sube la adrenalina al máximo y cuando la tomé, me di
cuenta de que la cuerda de la caña adyacente, estaba enredada (por un exceso de
ambición y contra mi costumbre de poner solo 3 equipos cuando voy solo, hoy
utilicé 4 cañas y con los abruptos virajes para acercar el señuelo al animal,
las líneas se encimaron), sobre la que traía el pez vela y fue en este momento
que perdí la ecuanimidad porque tomé la línea con las manos y creo que la halé
demasiado porque en un salto, se zafó el anzuelo. Fuera de este “desliz”, el
día estuvo más o menos bien (había olas secundarias bañadoras), con frecuentes
avistamientos de caguamas, delfines, mantas y muchos, muchos barcos camaroneros
hasta la isobata 35.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario