17.07.23 Una jornada de contrastes en compañía de mi hijo Alejandro y por supuesto, del Señor; el mar estaba muy bonito (ahora si le atinó el internet), pero los peces estaban poco activos (tal vez por la alta temperatura de la superficie del agua que rondaba en los 32°C y por la llovizna) aunque en cierto momento y dentro de una gran manada de delfines, se nos prendió un marlín al que cordelamos más de 40min y que nos deleitó con sus acrobáticos brincos y nos sorprendió por su fuerza y encono. Finalmente se auto liberó por lo que nos dirigimos al Farallón solo para “batallar” con los agujones (también había cientos de ellos) y con su embiste, dañaban los señuelos y las líneas; esta fue la razón por la que al prenderse un dorado, rompió el monofilamento y perdimos la pieza y también el señuelo. Al final de la jornada sacamos (y regresamos), barriletes (algunos de más de 7kg), por lo que terminamos agradablemente cansados.
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